A días de que Rosario Robles cumpla 3 años en la cárcel, pocos dudan que fue traicionada y es presa política de AMLO
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Robles no ha podido salir de prisión ni siquiera por la vía de la prescripción del delito, la cual ha quedado debidamente demostrada en tribunales
Rosario Robles cumplirá tres años en prisión, el sábado 13 de agosto, y muy pocos dudan actualmente que se convirtió en la presa política de este sexenio.
Ha sido un proceso largo y tortuoso, pero su abogado tiene la esperanza de que en breve pueda modificarse la injusta medida cautelar de prisión preventiva.
De acuerdo con la columna de Lourdes Mendoza, publicada por El Financiero, Robles no ha podido salir de prisión ni siquiera por la vía de la prescripción del delito, la cual ha quedado debidamente demostrada en tribunales.
Se sabe también que los jueces han cambiado una y otra vez las causas por las que la mantienen en prisión.
Primero por la licencia de conducir apócrifa, ya demostrado que se la falsificaron. Después porque sus familiares y amigos supuestamente contaban con los recursos necesarios para facilitar una ‘fuga’. Será el sereno, pero Rosario Robles sigue en prisión con una salud deteriorada y por un delito que, desde el principio, no ameritaba la prisión preventiva.
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La propia Rosario ha dicho que no ha querido declarar lo que la FGR quiere que declare: una versión del caso construida a partir de una reunión con la FGR y la Consejería Jurídica, donde también le aconsejaron al presidente López Obrador meterla a la cárcel para que atestigüe “contra quien resulte responsable” y darle a cambio su libertad.
Pues a diferencia de Emilio Lozoya y Emilio Zebadúa, ha preferido guardar silencio y no culpar a personas inocentes.
El ex oficial mayor ha dedicado cientos de millones de pesos obtenidos ilegalmente para sobornar a funcionarios de la FGR y a jueces de control a efecto de inculpar a personas inocentes en el desfalco que él mismo admitió haber cometido y así contar con chivos expiatorios que paguen en su lugar.
Al menos 12 exfuncionarios de Sedesol y de Sedatu que cuentan con dos, tres, cuatro y hasta cinco carpetas de investigación abiertas en su contra por la falsificación de firmas y la fabricación de entregables que el equipo de Zebadúa operó para triangular recursos públicos para su beneficio personal.
Agrega que el trasfondo de la ‘estafa maestra’ no es solo un problema de corrupción: lo que está en juego es el funcionamiento de las instituciones, que en conjunto deberían garantizar derechos fundamentales de manera efectiva y progresiva, investigar y perseguir delitos, pero, sobre todo, fincar responsabilidades.
Concluye Mendoza mencionando que si el gobierno de AMLO fracasa en el cumplimiento del mandato, vendrá otro al que habrá que exigirle lo mismo. El problema es que cada día el abismo es más hondo y el desencanto, mayor.