Depresión, en aumento y sin atención médica
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CDMX.- A más de un año de la pandemia por COVID-19 en México, especialistas en psicología alertaron que aún son insuficientes los esfuerzos para dar atención a personas con trastornos mentales, como depresión y ansiedad, los cuales pueden derivar en suicidios, si no reciben tratamiento oportuno.
María Elena Medina, directora de la Facultad de Psicología de la UNAM y exdirectora del Instituto Nacional de Psiquiatría; Óscar Alejandro Calleros, siquiatra y director médico de la Clínica Especializada Neurocom, y Luis Daniel Alviso de la Serna, experto en neurosiquiatría, advirtieron que en el país 5 por ciento de la población tiene depresión, y que desde que inició la pandemia a la fecha se han detectado síntomas depresivos y casos graves en 30 por ciento de los mexicanos.
Aunque reconocen que no hay estudios o cifras concluyentes de que hay una relación directa entre el incremento en la tasa de suicidios –que reportan organismos como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) desde 2018 a la fecha– con la crisis sanitaria, sí consideran que es urgente que la población afectada pueda acceder a un diagnóstico temprano y a los tratamientos adecuados, lo que aún no se consigue.
Sólo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registró en 2020 7 mil 818 fallecimientos por suicidio, que equivalen a una tasa de 6.2 por cada 100 mil habitantes, superior a la registrada en 2019, cuando fue de 5.6, y a la de 2018, de 5.4.
Para María Elena Medina Mora, antes de la pandemia existía una alerta constante porque aproximadamente 75 por ciento de las personas que enferman en el rubro mental no reciben el tratamiento adecuado, el diagnóstico es muy tardío y la brecha de atención es muy elevada.
Con la pandemia, agrega, “vemos estrés postraumático y un crecimiento significativo de la depresión. No podemos perder de vista la salud mental, se deben realizar esfuerzos mayúsculos para que la sociedad pueda acceder a un diagnóstico temprano y a los tratamientos”.
Refirió que al COVID-19 se le ha visto como un virus de riesgo; sin embargo, enfatizó que las afecciones de tipo mental pueden considerarse como otra pandemia que no ha recibido la atención necesaria.