Clarissa Ward, periodista de CNN, afirma que nadie la obligó a cubrirse en Kabul
COMPARTIR
“No quiero convertirme en la historia, la historia es lo que está pasando a mi alrededor” dijo la jefa corresponsal internacional de CNN mientras se encontraba en un espacio público vistiendo un “abaya” para cubrirse.
A pocos momentos de la invasión talibán, las fotografías de lo que es un régimen voraz y peligroso llegaron a occidente causando un gran impacto. Entre momentos de desesperación, aglomeraciones en aeropuertos, y más, se encontraban las hazañas de Clarissa Ward, jefa corresponsal internacional para CNN, quien, con todo y su valentía al salir a las calles a informar los hechos que marcan historia para Afganistán, también vestía un abaya.
Las diferentes prendas del Islam
Aunque la palabra hiyāb –término que se utiliza para referirse a cualquier tipo de cobertura en la cabeza–, se traduce como “velo”, “cubierta” o “cortina”, en el Corán se refiere, en sentido literal y metafórico, a tapado y protección. Con el paso del tiempo, comúnmente denota la separación entre ambos sexos.
Entre las prendas más usuales se encuentra el abaya, tal como el que vestía Clarissa Ward: una túnica que cubre el cuerpo, los pies y las manos, y lo lleva acompañado de un hiyab que bien podría ser un bukhnuq, o un al-Amira.
Anteriormente hemos visto a mujeres utilizar el burqa, que es el estilo tradicional en Afganistán; esta prenda cubre el cuerpo entero, junto con el rostro. Tiene una rejilla en la cara que permite observar a los demás sin que te observen a ti, pues el Corán establece que sus creyentes “bajen la mirada y guarden recato; que no deben mostrar su belleza y adornos”.
Otro componente que hemos visto en las mujeres islámicas es el bushiyya, un velo que cubre, también, el rostro entero. Tal como el niqaab, que cuenta con una rejilla más abierta para los ojos.
Una historia donde nadie quiere ser protagonista
Incluso antes de que sus fotos causaran revuelo en redes sociales, Clarissa Ward ya había mencionado en la misma entrevista de donde se sacaron las capturas que nadie la había obligado a cubrirse: “Estoy vestida así porque quiero mantenerme en un perfil bajo. No quiero llamar la atención, no quiero ser la historia. La verdadera historia es lo que las personas afganas sienten en este momento de incertidumbre”.
Reportando desde un mercado, informa que los comerciantes vendían burqas y vestimenta “apropiada”. De hecho, se veían solamente hombres en las calles y que recientemente los talibanes les permitieron volver a trabajar.
“Los talibanes han sido amables, nos dejaron seguir con nuestro trabajo”, comenta. No obstante, menciona que tuvo ciertos ‘incidentes’, como al momento de entrevistar a los líderes talibanes, uno de ellos cuestionó por qué habían traído a una mujer a hacerlo. “Estuvimos hablando con ellos el día de ayer y creen firmemente que el rostro de una mujer debe estar cubierto, así como sus manos”, agregó.
Mientras Clarissa Ward aclara la situación, en la toma no hay ninguna mujer. Ella logra divisar a una que viste un burqa, pero afirma que no se ha topado con muchas a lo largo de su reportaje.