Llaman a fortalecer acero y aluminio

El pasado 11 de marzo, los aranceles del 25 por ciento a todas las importaciones de acero y aluminio a Estados Unidos entraron en vigor
La imposición de aranceles al acero y al aluminio producidos en México, por parte de Estados Unidos, representa un reto para la creciente industria de reciclaje de esos metales, consideran especialistas.
Sebastián Kontarovsky, cofundador y director de operaciones de la empresa de tecnología financiera Mundi, destaca que el reciclaje de acero y aluminio es cada más relevante en las ramas industriales de la construcción y automotriz, respectivamente, en las que, remarca, es posible reutilizar prácticamente la totalidad de esos insumos.
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Más del 50 por ciento de los nuevos productos de acero en México, indica, tienen componentes de metal reciclado.
Para los próximos cinco años, agrega, se espera que el reciclaje metalúrgico, siga creciendo a un ritmo de 4 por ciento anual
“Realmente es un monstruo la industria de reciclaje en México”, comenta en entrevista.
De acuerdo con una nota informativa de Mundi, la Secretaria de Economía (SE) reportó que el intercambio comercial de desperdicios y desechos (chatarra) de fundición, hierro o acero superó los mil 589 millones de dólares en 2023.
En tanto, se estima que la industria superará los 947 millones de toneladas de chatarra reciclada para finales del año, con expectativas de superar las mil 164 millones de toneladas para 2029.
El auge que ha registrado el reciclaje en esos sectores de la industria metalúrgica, señala Kontarovsky, tiene que ver tanto con consideraciones ambientales como de competitividad.
“La preocupación por la contaminación ambiental, por el impacto ambiental de la minería tradicional y todo lo que implica traer nuevo metal primario a la industria, llevó a pensar en circuitos de economía circular”, apunta.
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“Por otro lado, en muchas situaciones termina siendo también más competitivo, desde la perspectiva de costos, reciclar chatarra que producir metal primario”.
La industria del reciclaje, como el conjunto de los sectores de acero y de aluminio, señala Kontarovsky, resiente la incertidumbre por los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump.
El escenario cambia casi cada semana, apunta, y el impacto de la medida en términos de inversión depende mucho de la percepción de permanencia de la misma.
“Los proyectos de producción en metalúrgica llevan muchísimos años en materializarse. No es que se pueda montar una planta de reciclaje, incluso de producción de acero primario, de un día para el otro. Son proyectos de inversión a 5, incluso a 10 años”, plantea.
“Dependerá mucho de cuán permanentes se perciban estos aranceles, el que los actores económicos, las compañías en el mercado, decidan encaminarse en esos proyectos de inversión”.
En cualquier caso, considera, es una buena apuesta la del fortalecimiento del reciclaje metalúrgico.
“Existe ya un gran impacto de la economía circular, pero evidentemente existe la posibilidad de seguir potenciándolo y hacerlo todavía a mayor escala”, señala.
Además de los beneficios ambientales a nivel nacional, destaca, representa una oportunidad en materia de diversificación de destinos de exportación.
“En Europa, donde existe muchísima reglamentación respecto del impacto ambiental de los productos que se compran y entonces, incluso como objetivo de diversificación ante la dificultad para exportar a Estados Unidos y aumentar las posibilidades de hacer más exportación a Europa y potenciar esa cadena de valor de reciclaje, que es amigable con el medio ambiente, puede ser muy positivo”, explica.
El pasado 11 de marzo, los aranceles del 25 por ciento a todas las importaciones de acero y aluminio a Estados Unidos entraron en vigor, en una nueva espiral de la guerra comercial entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales.
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El Presidente, partidario de una política económica agresiva en aras de “Estados Unidos primero”, prometió en febrero gravar estos dos metales y sus derivados sin excepciones, lo que incluye a Canadá y México, sus socios en el T-MEC.
Por países el más afectado será Canadá, que suministra la mitad de las importaciones de aluminio y el 20 por ciento de las de acero, según la consultora EY-Parthenon.