A México le conviene a todos un IFE fuerte; entrevista a José Woldenberg

Nacional
/ 4 septiembre 2007

    José Woldenberg, ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral, sostiene que la aprobación de la reforma electoral "es la clave" para alcanzar la llamada reforma del Estado que acordaron los partidos en el Congreso, y afirma que haber iniciado esas negociaciones por el tema electoral fue lo más atinado.

    En entrevista, sostiene que a partir de esa reforma "vale la pena robustecer las facultades del IFE", y de paso tapar un hueco legal: "Creo que a los propios partidos políticos les conviene un IFE fuerte".

    Señala Woldenberg que es muy importante que el IFE sea incorporado a la Constitución como un sujeto que pueda promover controversias constitucionales. "Si el IFE entra en contradicción con un poder, o con otras instancias, alguien tiene que decidir quién tiene la razón".

    También considera que es necesario que el IFE adquiera facultades de investigar en los procesos de fiscalización. "Que pudiera hacer comparecer a personas físicas y a representantes de empresas que hayan tenido relaciones comerciales con los partidos, porque si no es muy difícil desahogar las quejas, no digo para sancionarlos, pero sí para que cuando menos comparezcan".

    Para el ex titular del IFE, el asunto del dinero, su gasto y las condiciones de las competencia son de capital importancia en la búsqueda de esta reforma.

    "La reforma de 1996 fue exitosa: logró transparentar el flujo de recursos hacia los partidos, equilibró las condiciones de la competencia e intentó, con un financiamiento muy vasto para los partidos, que éstos no fueran dependientes de los grandes grupos económicos o, peor aún, de grupos delincuenciales, y los resultados están a la vista.

    "A partir de 97 -agrega-, las elecciones en México han sido más equilibradas que nunca. Pero han aparecido nuevos problemas, como el encarecimiento progresivo de las elecciones, y se han encarecido por el enorme gasto que se hace en radio y televisión."

    En ese sentido, Woldenberg Karakowsky sostiene que si ese gasto se modifica, el costo de las elecciones puede ser mucho menor. "Si eso se baja es muy prudente bajar el financiamiento a los partidos, porque todos sabemos que ahí se va lo fundamental de los recursos".

    Afirma que sería prudente que las campañas electorales sean más breves, que se regule la fiscalización de los gastos de las precampañas y que todas las elecciones que debían hacerse en un año tengan una misma fecha, "para que la rueda de la fortuna electoral no estuviera girando todo el año".

    El maestro Woldenberg dice ser partidario de que los consejeros electorales duren nueve años en el cargo y que cada año sea relevado uno de ellos. "Si se elige uno por año, tendría que ser una persona que le dé seguridad a todos los partidos, y eso también fortalece al Consejo General del IFE". Actualmente, los consejeros del IFE se eligen por seis años y se renuevan todos al mismo tiempo.

    -¿Qué se hubiera necesitado, en un escenario hipotético, para que a José Woldenberg lo quitaran como consejero presidente del IFE? ¿Hay un mecanismo legal?

    -Juicio político.

    -¿Solamente?

    -Ése es el mecanismo que está diseñado.

    -¿Y bajo qué preceptos?

    -El juicio político pasa por el Congreso y tiene que ser por alguna violación a la propia ley, grave.

    En opinión de Woldenberg, en la ley debería establecerse como forzoso la firma de convenios de colaboración entre el IFE y los institutos locales en materia de fiscalización. "Por ahí se reblandece la transparencia de los recursos, porque si hay una transferencia de un comité nacional a un comité local, en la revisión federal, no se puede saber si algo no estuvo bien".

    Otro "gran apartado" para esta reforma es revisar los eslabones débiles del proceso electoral, que los hay de muy diferente catadura. "Por ejemplo: debería haber un procedimiento descentralizado de resolución de quejas, que en esta última elección creo que fueron 700, y las tiene que resolver el IFE, y por supuesto que es un procedimiento tortuoso y lento.

    "Lo que planteamos es que en la ley se estableciera que los consejos distritales o locales podrían tener esa facultad y hacer que el desahogo de las quejas sea un procedimiento más expedito, y que el Consejo General tuviera capacidad de atracción de las quejas que realmente tengan algo importante."

    Sugiere, como lo hicieron ocho de los nueve consejeros hace casi cuatro años, que en los comités distritales se eliminara el tope de cinco casillas especiales, porque si "no se modifica, nos vamos a seguir tropezando con esa piedra".

    Además, propone establecer un tope a las franquicias postales. Los partidos tienen una prerrogativa para enviar cartas gratis por correo, pero no tienen un tope. Sólo en el año 2000 hubo 70 millones de cartas que enviaron todos los partidos, y el Servicio Postal Mexicano (Sepomex) simplemente no se da abasto, y en cada elección Hacienda tiene que salir a apoyarlo.

    "Por lógica no puede haber ninguna prerrogativa que no tenga techo. Todas, si va a haber recursos económicos, exenciones fiscales, igual las franquicias postales, deben tener un tope", señala.

    En suma, dice Woldenberg, de lo que se trata básicamente es de revisar las condiciones de la competencia, de pulir los eslabones del proceso electoral y de fortalecer al IFE.

    Porque, concluye:

    "Para reglar la competencia se necesita un árbitro muy fuerte. Es decir que tenga facultades suficientes, y al final a los propios partidos políticos les conviene un árbitro fuerte. Haciendo una analogía, un poco caricaturesca, si van a jugar el América y el Guadalajara en el estadio Azteca, el árbitro tiene que ser fuerte. Al final, sin importar quién gane y quién pierda ese partido, lo importante es que existan condiciones para un nuevo partido, y eso solamente se logra con reglas claras, eficientes y con un arbitraje que tenga facultades para guiar el encuentro."
     


    Excélsior es el segundo periódico más antiguo de la Ciudad de México, después de El Universal. Fue fundado por Rafael Alducin y su primer número circuló el 18 de marzo de 1917.

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