Bipolaridad...."política" el padecimiento de los chilangos
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A los opositores políticos hay que ganarles religiosamente como mandamiento ético. No hay de otra. Aquí en la ciudad -y tras un año-, así pensamos los dos.
Ellos conviven en los extremos. A sus 17 años, Ernesto y Carmen han vivido en medio de la bipolaridad. No por tener cambios drásticos de ánimo, sino porque nacieron en el DF.
La capital, casi pintada de amarilla y negro, gobernada por el perredismo en 14 de sus 16 delegaciones, tiene retoques blanquiazules en dos de sus divisiones políticas.
Él nació en la colonia Nápoles, en la delegación Benito Juárez, gobernada desde hace tres elecciones por el PAN y en donde los índices de desarrollo humano están en niveles similares a países como Alemania, España e Italia.
Ella, en la colonia san Lorenzo Tezonco, de la delegación Iztapalapa, bastión del sol azteca en el DF, y en donde su papá construyó la casa gracias a la gestión de ex candidatos perredistas.
Ambos, estudian, platican y conviven. Su única diferencia: los caminos que buscan y la forma en que los quieren obtener.
Totalmente palacio
Ernesto, comulga con la idea del ahora senador panista Santiago Creel, de ser "totalmente palacio", aunque realmente no tenga mucho dinero para gastar. Carmen, con el discurso de López Obrador de dar todo "primero a los pobres".
Su gentilicio no es ser, defeño, chilango o citadino. Para ellos no sólo hay capitalinos en el Distrito Federal, sino amarillos y azules. Y en el límite de ser ciudadanos mexicanos, coinciden en edad, gustos, escuela y habilidades, sin embargo hay algo que los separa: la bipolaridad política.
En esencia ese desorden fisiológico es un problema de salud y México sigue enfermo, dividido, así lo consideran, por lo menos en lo político.
Para el 1 de septiembre de 2006, en la víspera del último informe de gobierno del entonces presidente Fox, Ernesto y Carmen se conocieron, pero también se distanciaron, pues convivían en los extremos de un una ciudad que piensa desigual.
Para ambos se acerca otro informe de gobierno del presidente. ¿El constitucional o el espurio? Se preguntan. Se ofenden. Se burlan.
Chilangos dispares
En la víspera del 1 de septiembre, en la colonia donde habita Carmen se escucha de todo y algunos ya comienzan a organizarse para protestar al exterior del Congreso de la Unión contra Felipe Calderón.
Iztapalapa es considerada por muchos de sus habitantes "la tierra prometida" porque primero la esperanza llegó con el PRI y después la retomó el PRD.
El fenómeno del perredismo en Iztapalapa surgió por la resistencia antipriísta que se generó a partir de las presiones ejercidas por ese partido. Y tal fue la herencia del PRI que ahora el PRD también los organiza pero para protestar contra el PAN el día del informe. En la zona se conformó el Movimiento Urbano Popular, ahora afiliado al PRD.
Carmen, piensa sumarse a las movilizaciones que se convoquen. Y al igual que años anteriores, por lo menos como el pasado 1 de septiembre, protestar contra los que llama "los pirrurris" o como a Ernesto le dice, los "totalmente palacio". Las diferencias
En contra parte, Ernesto, también se prepara, pero desde la colonia Nápoles, a poco más de 15 kilómetros de distancia. Diferencias en lo económico, social y político, aunque ambos vivan en la misma ciudad.
Él vive en la delegación Benito Juárez donde un habitante obtiene, en promedio, ingresos cercanos a los 40 mil dólares anuales, según el Indice de Desarrollo Humano Municipal. Territorio que por tercera vez consecutiva es gobernado por el PAN.
El fenómeno del panismo en delegaciones como Miguel Hidalgo y Benito Juárez, coincidentemente, se relaciona con el nivel de vida de ambas zonas. En la primera se encuentran colonias como Polanco o la Anzures y en la segunda la Nápoles, la Del Valle o la Narvarte.
Al igual que Iztapalapa al oriente de la ciudad, en Benito Juárez, demarcación semisureña, también se organizan. A su modo, pero lo hacen. La proximidad: el Primer Informe del presidente Calderón.
En la víspera de la cita del Ejecutivo Federal con el Legislativo, el Comité Directivo del PAN, ha promovido la imagen de Calderón Hinojosa con el lema "juntos somos invencibles".
Para ello, Ernesto y muchos otros jóvenes agrupados en la Secretaría Regional de Acción Juvenil, han comenzado a organizarse para manifestar su apoyo a la administración federal. Sin embargo todavía no saben cómo empezar.
Incluso la Secretaría de Organización y Formación, así como la de Redes Ciudadanas, han girado instrucciones para manifestarse a favor del "presidente constitucional", pero sin acudir a San Lázaro.
Entre `coyones' y leyes
"Coyones" es como los califica Carmen, por tomar esa decisión. Ernesto, replica y lo considera "acatar las leyes".
La bipolaridad "política" que ellos han asumido, la basan en distintos síntomas, que consideran se repiten en sus estados de ánimo, en su relación personal y vecinal de colonias diferentes.
La bipolaridad fisiológica puede lastimar las relaciones interpersonales. La bipolaridad política también lo ha hecho entre ellos. Antes que todo son azules o amarillos.
Ese trastorno causa sentimientos de culpa, poca valoración o impotencia. Cosa similar que se presenta en la población.
Síntomas que a más de un año de las elecciones presidenciales y en el marco del Primer Informe de gobierno del presidente Calderón, siguen latentes en la población del Distrito Federal.
Catorce de las 16 delegaciones son gobernadas por el PRD y tan sólo dos por el PAN. Sin embargo ante los extremos de pensamiento en que se vive, pareciera que no hay mayorías.
A los opositores hay que ganarles, religiosamente, como mandamiento ético. No hay de otra. Lo que urge ante la enfermedad política de la sociedad, aseguran Ernesto y Carmen: es una clínica de odio.