Agenda política (2)
COMPARTIR
TEMAS
Gracias por su lectura y atención a estas letras. Gracias de corazón, palabra y pensamiento por hacer suyo mi pensamiento y mis ideas. Yo me nutro de su opinión, señor lector y agradezco enormemente que usted haga suyas mis ideas. Las diversas sagas siguen siendo motivo de su atención. Y a todas hay que abonarles letras e ideas. Más lo segundo que lo primero.
Y para tener ideas, el foco bien encendido arriba de los hombros en eso llamado cabeza y cerebro, pues es necesario prepararse diario, leer diario, hacer las cosas bien y tratar de poner en práctica aquello con lo cual nos educaron nuestros padres, los vecinos, los mayores y claro, en la escuela: cultura, educación, criterios, valores, disciplina, esfuerzo cotidiano; eso llamado bondad y por supuesto, el sentido común. El cual si usted lo ve a su alrededor, ha pasado a mejor vida.
¿El mundo hoy? Simplemente y usted lo sabe, ya no es mi mundo. Los celulares son inteligentes, el virus chino es inteligente y muta el muy desgraciado cuando lo quieren matar, Internet es inteligente y sabe lo que usted quiere y a qué horas lo quiere (algoritmos), Tik Tok es inteligente, la viruela símica es inteligente (ya se transmite por contagio, cuando antes no era así)... todo es inteligente. Los humanos dejaron de serlo.
¿El mundo hoy? Usted lo sabe, hay dos teorías de la concepción de la historia. Una de ellas, el tiempo y la historia son cíclicas. Es decir, estamos condenados irremediablemente a repetirnos y repetir nuestros mismos errores. La otra suerte de la moneda es que la historia se rompe de cuajo y por eso evolucionamos con pasos de gigante. Ambas son de Herodoto. ¿Con cuál comulga, usted señor lector? En lo personal, creo en la segunda, pero desgraciadamente siempre se presenta la primera.
Hace poco mandé el siguiente mensaje a un grupo de amigos. Entre ellos, a Gerardo Blanco Guerra, Luis Efrén Ríos Vega, al profesor Naún Orlando “El furioso” Rodríguez. El mensaje fue el siguiente: “Hemos regresado al Medievo: en Monterrey la gente acarrea agua en tinas o cubos, se lava la ropa en pozos de agua sucia y riachuelos de agua de drenaje; los migrantes defecan y comen en el mismo sitio y se sigue pidiendo la lluvia a la divina providencia y/o al espíritu santo”.
Habitamos la oscuridad total, el Medievo. La ignorancia nos viste y la estupidez es nuestra túnica y sayal cotidiano. Los regiomontanos son raros: dejaron de ser ellos y ahora siempre y todo el tiempo, imitan. Imitaron el tener candidatos “independientes” (favor de preguntarle el significado a Javier “El tibio” Guerrero) y sentaron a Jaime Rodríguez hoy a punto de morir y con los peores credenciales políticas. Ahora imitaron tener un Gobernador virtual (como Enrique Alfaro de Jalisco) y un Alcalde joven el cual necesita cobijo y protección (“pobrecito” dicen las mujeres al verlo, por aquello de la tragedia de su padre) como Luis Donaldo Colosio Jr, ambos con presencia en TikTok e Instagram... pero nula presencia y acción para gobernar en la vida real. Todas las calamidades y pestes se abaten sobre los afásicos y descafeinados regios.
Esquina-bajan
Punto uno: los pasados días 14, 15 y 16 de junio anduve como siempre, en un ir y venir de Monterrey. Tanto la Central de Autobuses de Saltillo como la de Monterrey, se convirtieron en una pocilga gigantesca. Se habló de una población flotante de más de mil 100 migrantes. Un caos. Principalmente venezolanos. Pero también centroamericanos, cubanos, brasileños y algunos mexicanos. ¿Cómo llegaron a Monterrey y Saltillo? Alguien bien organizado, con logística y todo tipo de facilidades (¿el gobierno federal, la mafia de tratantes de migrantes?) los puso en este lado del mundo.
Punto dos: el hedor era insoportable. Tal vez olía a humanidad. Pero eso es no tener vida digna, ni valores, ni ganas de hacer bien las cosas. México siempre ha tenido fama de ser generoso con los extranjeros y abrirles las puertas de todo. Esto ha afianzado sin duda menospreciar lo propio, afianzar el sentimiento de ser siempre colonizados (los médicos cubanos de Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo) y el mirar con admiración a cualquier extranjero jodido que llega al país.
Punto tres: hoy se vende la idea de un valor: tolerar. Ser tolerante. Retomo la idea y definición de Pablo Latapí: “La palabra tolerancia no es afortunada pues significa tolerar con paciencia una situación indeseable...” ¿Debemos tolerar a miles de migrantes tan diferentes a nosotros, sin estudios, educación ni cultura? En lo personal, no comulgo en lo más mínimo con lo anterior. Vaya y vea usted cómo viven. Bueno, si eso es “vivir”.
Punto cuatro: el Alcalde de mi ciudad, José María Fraustro Siller, “Súper Chemota”, según la más reciente Encuesta del Top Ten de Alcaldes de México mejor evaluados por la Casa Mitofsky, aparece en el ranking número 6 (seis) del país. Nada, nada mal para su inicio. Por eso mi ciudad es lo que es: la mejor (aunque bueno, la detesto también y en ocasiones). Es amor/odio, como mis amoríos con las musas.
Letras minúsculas
Manolo Jiménez no es el delfín de Miguel Riquelme a la gubernatura de Coahuila en su momento, no; es la única oportunidad que tiene Riquelme de tener una vejez tranquila y feliz a 42 grados amoratada en Torreón.