AHMSA: ¿se encuentra en una crisis definitiva?
El vocero de la empresa Altos Hornos de México, Francisco Orduña Mangiola, afirmó ayer que la crisis en la cual se encuentra la acerera demanda una inyección de capital del orden de los 300 millones de dólares para ser superada. Se trata del primer reconocimiento explícito sobre la magnitud del problema que atraviesa dicha empresa.
Estamos hablando, siempre es necesario señalarlo de forma puntual, de una empresa privada que constituye el corazón de la economía de una región entera, la Centro, y por ello no es trivial analizar su situación actual que implica la parálisis de su producción.
Sin embargo, también es necesario tener en cuenta que la situación de AHMSA no es producto del infortunio o de circunstancias contingentes que no pudieron preverse o tomaron a todo mundo desprevenido. Lejos de esta posibilidad, la verdad es que quienes dirigen la empresa han tomado decisiones equivocadas en el pasado y ello ha ocurrido por un largo periodo.
En el contexto de tales decisiones, su figura más visible, Alonso Ancira Elizondo, ha jugado un papel central y la evidencia de que incurrió en irregularidades que han afectado la posición de la acerera se encuentra en el hecho de que ha sido encarcelado como presunto responsable de delitos, lo cual le obligó a la suscripción de acuerdos económicos con instancias públicas mexicanas.
Además, el manejo de las finanzas ha registrado múltiples episodios que también implican la probable comisión de delitos. Uno de ellos es el atribuido al exdirector Corporativo de Recursos Humanos de la empresa, Fernando Monroy, quien fue señalado el año pasado por presuntamente desviar 250 millones de pesos.
Por otro lado, durante años la empresa ha mantenido una política de incumplimiento en el pago a sus proveedores, situación que hizo crisis en diciembre pasado, cuando la Comisión Federal de Electricidad (CFE) decidió suspenderle el suministro eléctrico. Ese fue el punto de quiebre en la crisis que hoy aqueja a la acerera.
AHMSA ha reconocido de forma explícita que sólo tiene como alternativas para superar la situación actual la venta, la asociación con otras empresas o la obtención de una línea de financiamiento. Al respecto, su vocero informó que están en plática con “varias” firmas, pero que las negociaciones para encontrar una solución a su situación actual se llevan a cabo fuera del país.
Cabría esperar que, al ser una empresa cuya situación impacta directamente en la salud económica de la Región Centro de Coahuila, quienes hoy aún conservan el control accionario de la misma asuman la gravedad de la situación no solamente como un asunto de negocios, sino como parte de la responsabilidad social que debe tener una compañía de este nivel.
La acerera cuenta con una plantilla de 17 mil trabajadores cuyos derechos laborales deben ser resguardados, desde luego, pero además de eso es necesario dimensionar su futuro como
un elemento de la estabilidad social de la Región, por lo que esta crisis demanda una solución real y definitiva.