Apuñalados, pobres, e injusticias; ¿cómo formarás tu pensar y tu proceder sobre las situaciones que se presentan a diario?

Se debaten temas a diestra y siniestra. Que si el chico apuñalado merece ayuda de la sociedad o no. Que si una mujer merece que sus amigos le ayuden a pagar la renta que no completa. Que si está bien o no que en Dinamarca un zoológico pide donación de animales vivos para alimentar a los animales cazadores de manera más natural. Y así hay una lista interminable de situaciones que nos entretienen y nos distraen del tema de realmente resolver algo.

¿Será que disputar nos permite dejar de lado la culpa que sentimos de no poder ayudar siempre, o bien del efecto que tiene sobre nosotros el hecho de que alguien o alguna situación nos demande, aunque sea indirectamente? Observo en mí que si juzgo o critico, poco resuelvo ni para bien ni para mal. Se me olvida que no tengo obligación de ayudar con todo. No tendría que intervenir en algo con lo que no estoy de acuerdo. Puedo no aportar a cualquier situación. ¿Por qué me mueve? ¿Será que siento que he necesitado ayuda y no ha habido quien responda por mí, o no he sido capaz de pedir lo que preciso?

¿Qué se mueve en mi corazón? Puedo anticipar que nunca seremos capaces de ayudar y resolver asuntos para todos ni en todas las situaciones. El deseo de hacerlo, o la sensación de obligación, nos pesa mucho. Sentirnos exigidos es otro factor. El deber ser, en forma de una solicitud de ayuda, también pesa. Decía un maestro que debemos escoger nuestros problemas. “¡Pero Maestro, si yo no deseo tener problemas!” Siempre habrá, es mejor decidir a que ponerle mi esfuerzo y que dejar de lado.

Una cosa sí puedo decir por experiencia propia. No ayudes si esa ayuda te afecta negativamente. No des lo que no tienes. No opines sobre lo que no tienes suficiente información. No te exijas por competencia ni imitación. No te aferres a convicciones ajenas. No creas todo lo que escuchas ni lees. Es más, no creas nada. Aprende a formar tus criterios y a serte fiel a ti mismo. ¿Entiendes? Dicen por allí que el Buda les dijo a sus seguidores que cuestionaran a todos, incluyéndole a él. Que no nos de flojera pensar.