Avisos de ayer y antier
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He aquí algunos anuncios comerciales que los saltillenses de hace siete décadas podían leer en periódicos y revistas de nuestra ciudad.
“Sastrería y Club de Trajes ‘Arte y Capricho’. David de la Peña. Juárez Pte. 33, Tel. 820. Departamento Sanitario de Planchado a Vapor, Anexo. Método Americano que Desinfecta, Esteriliza y Refresca la Ropa”.
“Restaurant América. Atendido por Juan Sánchez y un experto cocinero. Edificio Hotel América, calle Manuel Acuña. Se reciben abonados. Precios módicos. Servicio día y noche”.
“Saltillo Motor Co. Aldama 52, apartado 121. Distribuidores de la General Motor Export Co., de New York. Pontiac. Chevrolet. Oakland. Economía. Potencia. Calidad”.
“Yockey Club (sic). Cantina. Antonio Elizondo. Ocampo Núm. 5, Saltillo, Coah.”.
“Para Artículos de Esport (sic) Casa Ramírez. Aldama 3, Apdo. 169”.
“Hotel de Coahuila. De lo mejor en la República. Baños de tina, regadera y ruso. Peluquería. Elevador eléctrico. Plan Europeo y Americano. Restaurant y Cantina de primer orden. 30 cuartos con baño. Todas las habitaciones con servicio de agua caliente y fría. 20% de descuento para los agentes viajeros. El mejor clima de México. Pedro Quintanilla”.
“The Mazapil Copper Co. Ltd. Allende Sur Núm. 16. Departamento Mercantil. Almacenistas de abarrotes del País y Extranjeros. Ventas al por Mayor y al Detalle. Tel. Núm. 274”.
No tienen quizá estos anuncios la sabrosa donosura de otros que he recogido de aquel mismo tiempo:
“Vendo piano a dos mil pesos. Lo menos lo menos mil”.
“Por viaje vendo juego de velices”.
“Tacos de cabrito: 25 centavos. Tacos de cabra: 50 centavos. También hay tacos de a peso”.
Tampoco tienen esos anuncios el entrañable sabor de los que se veían en las ventanas saltilleras, representados por el singularísimo letrero que en una llegué a ver y que tuve la curiosidad de copiar al pie de la letra:
“Aplícanse inyecciones. Hácese trutrú. Arréglanse medias. Véndese cajeta de perón y membrillo y quesos frescos de vaca. Hácense tamales y pasteles por encargo. ¡Qué viva la Santísima Virgen de Guadalupe!”. Tanto ha cambiado todo –tanto hemos cambiado todos- que estos anuncios no parecen de hace 70 años, sino de hace varios siglos.