Cien años después
Fue el PNR quien postuló al último general para la presidencia de México.
Fue el PNR quien postuló al último general para la presidencia de México. Obtuvo todos los votos, menos, menos los de Gómez Morín y algunos despistados. También, no se permitía el sufragio de las hembras.
Para las siguientes elecciones, el hijo no reconocido del PNR llamado MORENA, seduce a la casta militar para colocar sus nombres en las boletas electorales.
Nos asusta y perturba la frase lapidaria de Adán López, secretario de gobernación.
El regreso de quienes se formaron en los campos de adiestramiento en cargos civiles. Contradicción histórica y peligrosa para seducir al brazo fuerte de la 4T. Ya les encargaron la administración de las obras públicas. Con el ejercito nadie se mete. Ni siquiera el presidente López Obrador.
Su primer circulo ya no son los secretarios, sino los cañones del campo marte, cada jornada laboral en Palacio Nacional.
Se valen de la patente de corso. No hacen fila ni tocan puertas. Solo informan los avances y vuelven a la vida castrense.
Las familias de las cortes de los generales son los nuevos beneficiarios plenipotenciarios de la abundancia. Por eso Enrique Peña Nieto no vuelve a México.
Sorprender al electorado con el soldado Pérez para alcalde, regidor, diputado local, federal, senador o hasta presidente, debe pesar en la sociedad civil organizada y politizada.
El nuevo PRI de los generales es la apuesta de MORENA. Una fantasía grave. Mientras el país se divide en tres, en boca del Secretario de Gobernación
