Coahuila: entidad líder en mujeres científicas
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La formación de profesionistas en disciplinas relacionadas con la actividad científica es un propósito que toda sociedad moderna debe perseguir, pues sólo de esa forma puede aspirarse a conquistar un grado de competitividad que permita el crecimiento y desarrollo comunitarios.
Y no es que la ciencia –o la investigación científica y tecnológica– deba considerarse un fin en sí misma, sino que el desarrollo social, entendido este como un proceso que permite a los integrantes de una comunidad acceder a mejores estándares de vida, está estrechamente vinculado a ella.
No hace falta sino pasar revista a la historia de la humanidad para constatar la forma en la cual las distintas disciplinas que fundan la construcción del conocimiento en el método científico han transformado radicalmente la fisonomía de las sociedades.
La erradicación de enfermedades, el incremento en la esperanza de vida, la tecnificación de las actividades productivas, la exploración espacial y la revolución informática son ejemplos de cómo el desarrollo científico ha modificado –para mejor– la vida de los seres humanos. Se trata, además, de un proceso que mejora sus resultados en períodos cada vez más breves.
Por ello, dedicar recursos a la formación de talento humano orientado a las disciplinas científicas representa una de las mejores inversiones que las sociedades democráticas pueden realizar.
El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición, relativo al hecho de que Coahuila es la entidad mexicana con la mayor proporción de profesionistas graduados de carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, (STEM, por sus siglas en inglés: Science, Technology, Engineering and Mathematics).
Adicionalmente, y esto es particularmente importante, nuestra entidad tiene el mayor número de mujeres que estudian estas disciplinas, un indicador que habla muy bien de la forma en la cual se ha impulsado aquí el desarrollo equitativo de las niñas, adolescentes y jóvenes.
Es de celebrarse en este sentido, que la Secretaría de Educación de Coahuila, en coordinación con la “Iniciativa Niñas Stem Pueden”, haya puesto en marcha el programa “NiñaSTEM”, cuyo propósito es alentar una mayor participación de las adolescentes de Coahuila en actividades relacionadas con la ciencia y la tecnología.
La estadística señalada es una que alienta a ver con optimismo el futuro, no solamente porque la actividad científica encuentre tierra fértil en Coahuila, sino porque esta puede convertirse en un elemento relevante para cerrar la brecha que históricamente ha separado a hombres y mujeres en materia de desarrollo profesional.
Habrá que perseverar en el esfuerzo y garantizar, cada vez con mayores y mejores instrumentos, que el impulso inicial recibido por nuestras niñas y adolescentes se convierta en una plataforma de lanzamiento para que accedan a un pleno desarrollo profesional y eso les permita acceder a las posiciones de liderazgo que merecen.