Conversación con el Ganso Pachista (3)
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Entrevistador: ¿Podría explicarme los cuatro mecanismos que AMLO ha utilizado para subordinar al Ejército a su poder?
Ganso Pachista: Primero, corrompiéndolo mediante dinero y posiciones de poder.
“Entre 2006 y 2021 se entregaron 246 funciones civiles a las Fuerzas Armadas. De esas, 140 no cuentan con información de su presupuesto... pero siempre están aparejados el fortalecimiento presupuestal de las Fuerzas Armadas y la entrega de funciones civiles en las áreas de salud, educación, obras públicas y administración de aeropuertos y programas sociales, entre otras”.
Con Enrique Peña Nieto en 2018, el presupuesto para Defensa Nacional y Marina, fue de 75 mil millones. En 2019, Andrés Manuel López Obrador, lo incrementó a 125 mil millones; en 2020, lo bajó a 121 mil millones; pero en 2021, lo elevó a 148 mil millones; y cerrará 2022 con 136 mil millones. En tres años, AMLO fortaleció a la Defensa y la Marina con 530 mil millones de pesos.
En 2020, la Guardia Nacional tuvo un presupuesto de 29 mil 286 millones; en 2021, 35 mil 671 millones y, para 2022, 72 mil 800 millones; para totalizar 137 mil 757 millones de pesos.
Nuestro AMLO ha destinado 667 mil 757 millones de pesos para militarizar la seguridad pública del país.
Por otra parte, con el “decretazo” que blinda las megaobras a cargo de fuerzas militares, será imposible conocer el manejo presupuestal de la construcción del Aeropuerto Santa Lucía y del corredor Transistmíco, de los 2 mil 700 Bancos del Bienestar y de los dos tramos del Tren Maya, entre otros.
Además del dinero, están los puestos de poder: las 49 aduanas del país, la administración de los puertos marítimos y siete secretarías de seguridad pública estatales, etcétera.
Ese es la idea de López Obrador: dejar que el veneno de la corrupción engolosine y subordine a las Fuerzas Armadas a su proyecto de nación.
Entrevistador: Cuando habla de la desmovilización cómo el segundo mecanismo de control de las fuerzas armadas, ¿a qué se refiere?
Ganso Pachista: Muy sencillo. Alejarlas de sus dos tareas sustantivas: defender la patria y darnos seguridad pública, y ponerlos a trabajar en tareas civiles.
La brillantez de AMLO va más allá. Disculpó la responsabilidad legal de las Fuerzas Armadas para cuidar nuestra seguridad pública bajo tres criterios: “abrazos no balazos”, “ya no hay guerra contra el narco” y “ninguna orden para reprimir o masacrar”.
El segundo criterio consiste en el desmoronamiento de sus estructuras organizacionales históricas para fusionar al Ejército, la Marina y la Guardia Nacional en un sola milicia. El camino está trazado: nuestro Avatar las unirá en un solo ejército nacional.
Entrevistador: ¿Y los criterios tres y cuatro?
Ganso Pachista: El tercero es dividir las Fuerzas Armadas mediante la concesión presupuestal y de puestos de poder. El cuarto es fomentar entre ellas el espíritu populista socialista para legitimar su papel en la 4T, reafirmando su naturaleza popular: “el Ejército es pueblo uniformado”; y ratificando su legalidad popular: “el Ejército mexicano surgió del pueblo para defender la legalidad” (de la 4T).
Entrevistador: ¿Existe, a pesar de todo, la posibilidad de un golpe de Estado en contra de López Obrador?
Ganso Pachista: Sin duda, pero hoy las Fuerzas Armadas comen de la mano del Supremo.
Entrevistador: ¿Existe tentación entre ellas para ejercer el poder civil?
Ganso Pachista: Claro, pero no tienen necesidad. Con el poder que acumularán este sexenio podrán cogobernar el país –con cualquier presidente– sin abandonar sus funciones militares.
Entrevistador: Última pregunta. ¿Por qué su apellido Pachista?
Ganso Pachista: Soy un personaje, fusión bipolar del Iluminado AMLO y del Ejército, y ese es mi apellido aunque mis enemigos neoliberales pretendan escribirlo como “fascista”.