CRISIS LABORAL
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Su lugar estaba vacío y nadie sabía la razón. Algunos imaginaban que se había enfermado y por eso no acudió a trabajar como de costumbre.
Otros pensaban que pidió un permiso especial para ausentarse ese día o incluso hubo quien aseguró que estaba de vacaciones. Unas horas después todos se enteraron del motivo por el que su compañero se había ausentado. Sin que nadie pudiera creerlo, el jefe citó a todos en la sala de juntas para informarles que su compañero había sido víctima de un recorte de personal.
Desde ese momento la oficina parecía ser más bien una capilla funeraria. Con caras largas y ojos vidriosos, todos lamentaban la suerte de aquel compañero que, a pesar de ser muy capaz y trabajador, sufrió las consecuencias de la crisis en la que se había sumido la empresa.
Tan pronto se enteraron que su compañero había sido cesado, un ambiente de intranquilidad se apoderó de todos. En el rostro de quienes ahí trabajan era evidente el nerviosismo que provocaba la incertidumbre de cuántos recortes más iba a haber.
Por desgracia, en nuestros días es muy común hablar de empresas en crisis y de recortes de personal. Junto con esta situación, se habla también de un incremento en los índices de delincuencia, de robos y de inseguridad pública. ¿Dónde irá a parar esta situación? Es muy difícil saberlo. Desde hace meses se ha hablado de una posible recuperación económica y ésta no ha llegado, a pesar que la famosa pandemia, supuesta causa de todo mal económico, político y social, cada vez va dejando de ser ese justificante a toda fatalidad.
Cada vez son más las fábricas que recurren a paros técnicos o que implementan violentas medidas que incluyen el cese de trabajadores o la cancelación de todo plan de contratación.
La situación está tan complicada, que nos enteramos de casos de altos ejecutivos que fueron cesados de empresas en las que tenían más de 15 años trabajando, o de jóvenes recién graduados que no encuentran un lugar en el cual aplicar los conocimientos adquiridos durante más de cuatro años en que estudiaron su carrera profesional.
Hoy Coahuila es una de las entidades con menor desempleo en el país, lo cual es reflejo de muchos factores y logros gubernamentales. Uno de ellos, es la promoción de las ventajas que ofrece nuestro estado para la instalación de nuevas fuentes de empleo. Otro factor es que, gracias a universidades técnicas, aquí se cuenta con una mano de obra especializada en los rubros metal-mecánico y automotriz.
Sin embargo, el factor que ha permitido una rápida recuperación de empleos tras la pandemia ha sido el combate a la delincuencia organizada. La primera condición para que una empresa busque establecerse en un territorio dado es la seguridad, y Coahuila cumple como pocas entidades con ello.
Hace días se dio a conocer un dato muy interesante. Entre los socios que integran a la Coparmex, la cual aglutina a empresarios de múltiples sectores, determinaron que Coahuila es la entidad más segura de México para establecer una empresa.
De la mano de funcionarios capaces, el gobernador Riquelme ha viajado a distintos países para atraer nuevas inversiones. Con ello ha logrado que la dinámica económica y laboral de Coahuila no se frene.
Sin embargo, tenemos a un presidente que ha hecho precisamente lo contrario. Ha fomentado un terrorismo fiscal, y, por otro lado, ha tratado con privilegios inusitados y abrazos a la delincuencia organizada.
Mientras Andrés Manuel hunde al país en una crisis paulatina en el peor momento de todos, el gobernador Riquelme con sus obras responsables da cumplimiento al slogan de su administración: Fuerte Coahuila es.