Crónica de una muerte anunciada: la normalización de la violencia en México
COMPARTIR
TEMAS
Hace poco más de 10 años tuve la oportunidad de estar en Colombia, platicando con aquellos que hicieron los programas de seguridad y prevención de violencia, y jamás olvidaré una frase: “no cometan el mismo error que nosotros, no normalicen la violencia, jamás piensen que está bien los asesinatos, las violaciones a los derechos humanos, la ausencia de libertad de expresión”; en ese momento, me parecía una tontería, ¿cómo nos podía pasar eso? Hoy me queda claro que está pasando.
Estas últimas semanas han sucedido cosas impensables, mencionaré sólo tres, las más increíbles para mi:
1. Asesinato de 17 personas afuera de un funeral.
2. Entrada de un bebé muerto a un reclusorio para fines aún no claros; y dejado en un bote de basura de esa misma cárcel.
3. Violencia extrema en un estadio de fútbol, donde se presume el asesinato de casi veinte personas. No puedo asegurarlo, pero los videos en redes sociales nos hacen pensarlo.
Obviamente, culpables de éstos no hay aún, quien sabe si habrá. En este país, en estas ciudades vivimos hoy, nos levantamos todos los días e intentamos hacer nuestra vida, porque “preferimos no saber”.
La violencia ya no es cosa nueva en México. Tenemos ya poco más de décadas que todos los días nos levantamos con noticias de asesinatos, ajuste de cuentas entre cárteles, feminicidios, secuestro de menores, robos, entre otros delitos. Estamos cansados y es lógico. Más de una vez en conversaciones sociales he escuchado: “yo prefiero ya ni oír o leer noticias, muchos asesinatos, mucha violencia, prefiero no saber”.
Y en este contexto, algunos medios de comunicación han comparado las muertes con las de la guerra de Ucrania; unos días, México le gana a Ucrania en asesinatos diarios. Parece chiste, pero es anécdota; oficialmente, somos una zona de guerra, por si alguien tenía duda. Y para la cereza del pastel, México es uno de los peores lugares para ejercer periodismo, estos primeros meses del año han muerto asesinados más periodistas que todo el año pasado. De ese tamaño es el problema de seguridad.
México es un país súper complejo, y para nadie debe ser novedad que, en más de un estado, no hay ley, no hay gobierno. Un estado, un gobierno se entiende como un territorio que reclama para sí (con éxito) el monopolio de la violencia física, según dice la definición clásica del politólogo Max Weber de principios del siglo XX. Eso es lo básico, el Estado, el gobierno como tal surge cuando tiene el poder y la capacidad de garantizar seguridad.
Entonces, ¿qué hacemos?, ¿qué sigue? No perder la capacidad de sorprendernos ante lo que ocurre, saber y reconocer que lo que estamos viviendo no es normal y no está bien. Tal como lo dijeron mis colegas colombianos hace más de una década. La seguridad en México es el corazón de muchos problemas o soluciones, depende cómo lo queramos ver. A diferencia de colegas no estoy de acuerdo que vivamos en un Estado fallido, porque creo que la solución está en todas y todos, es decir, lo que consideramos como acciones insignificantes como: apoyar alguna causa, ser empáticos, ser honestos, ser responsables con las demás personas y el medio ambiente, son acciones que construyen círculos virtuosos que es la única forma sostenible de cambiar nuestras realidades y ésto solo va a ocurrir cuando tú y yo, lo creamos por completo y comencemos a participar activamente en nuestras comunidades; cuando no lo hacemos, dejamos esos espacios vacíos para todo lo demás. Por eso, más #Ciudadanitos, por favor.