Cuando la incompetencia se apoderó del CIDE
COMPARTIR
TEMAS
El CIDE ha sido durante años un ejemplo de calidad académica, no sólo en México sino a nivel de América Latina, es uno de los centros de investigación de habla hispana con mayor producción y cuenta con programas reconocidos a nivel internacional, ello ha sido producto en gran medida de la libertad que durante años tuvieron los investigadores para generar un espacio de alta exigencia y de innovación al servicio de la sociedad.
Pero desde la salida forzada del doctor Sergio López Ayllón, el CIDE se ha enfilado en una debacle que no ha terminado, han sufrido recortes, despidos injustificados, cierre arbitrario de programas, la imposición de un director general en contra del derecho, persecución de docentes, administrativos y estudiantes, adoctrinamiento e ideologización en detrimento de una pluralidad de ideas, sólo por mencionar algunos de los atropellos.
Quienes hoy dirigen al CIDE y la responsable de su imposición la titular del Conacyt, la doctora María Elena Álvarez-Buylla, han demostrado no tener escrúpulos, mucho menos vergüenza a la hora de burlar la ley para su propio beneficio, se dicen plurales y que buscan el bienestar colectivo, pero ni escuchan a la comunidad del CIDE, ni respetan sus decisiones.
Por si fuera poco, se acaba de probar de forma fehaciente que el director general del CIDE, el doctor José Romero Tellaeche, cometió plagio en uno de sus artículos, tomando sin citar material de dos académicos de Turquía, demostrando que carece no solo de calidad moral, sino de la capacidad para estar al frente de una institución de la calidad y de la historia del CIDE.
Se supone que el doctor José Romero Tellaeche es un investigador de renombre, capaz de un centro con la tradición del CIDE, con producción original y credenciales intachables, lo cierto es que la evidencia nos muestra que es un tramposo, que parece no tener honestidad académica y con una calidad cuestionable, ya no sólo para estar al frente de una institución académica, sino siquiera para ser parte de su claustro de maestros.
En el CIDE hay (o había al menos) cero tolerancia al plagio, decenas de estudiantes a lo largo de los años han sido dados de baja de la institución por cometerlo y algunos profesores han sido despedidos por dicha razón, por lo que por congruencia, al ser la máxima autoridad del CIDE, que debe predicar con el ejemplo, lo correcto sería que en un acto de responsabilidad presentara de forma inmediata su renuncia.
Romero Tellaeche y Álvarez-Buylla están destruyendo al CIDE y el mismo es patrimonio del país, ya que es un centro público de investigación, por ende, lo correcto es buscar una ruta que detenga la fuga de talento que se está viviendo en estos momentos, que permita preservar parte del capital humano que aún tiene, que los programas académicos que tiene continúen con altos estándares y que no se pierdan las tradiciones que le ayudaron a consolidarse como uno de los centros de referencia académica en todo el país.
victorsanval@gmail.com
@victorsanval