Cuatro pilares para el crecimiento
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La semana pasada fue relanzado el programa de impulso al crecimiento económico, que por primera vez se anunció en enero de 2021 sin mucho éxito. Los proyectos y estrategias allí anunciados, simplemente no se llevaron a cabo y se tuvo un año, en lo económico, para el olvido.
En esta ocasión se han dado un poco más de detalles sobre las intenciones, para poder mandar un mensaje de que creceremos más del 2 por ciento en el Producto Interno Bruto y que no habrá riesgo de no crecer como ya ciertos analistas lo han dicho (entre ellos Macario Schettino, por ejemplo). El plan se basa en cuatro “pilares”, como los han llamado los políticos en turno: 1) Mercado interno, 2) Fomento a la inversión, 3) Comercio internacional y 4) Competitividad.
El mercado interno ha estado caracterizado por un consumo que ha mantenido una caída importante en los últimos 24 meses, sobre todo porque la pandemia ha ocasionado estragos en los que menos tienen y en la clase media causó una erosión de los ahorros debido al desempleo. Además, la inflación ha venido a golpear duramente a las clases bajas, pero también a las clases medias que ven cómo su ingreso cada vez alcanza para menos. El gobierno federal tiene la intención de construir más infraestructura en los estados a través de esquemas público-privados y de esta forma aumentar el empleo, y dar ingreso a aquellos que ahora están desempleados. Hay que aclarar que la caída en el consumo en diciembre del año pasado y enero de este año, mucho tienen que ver con la suspensión del gasto público a nivel nacional, pues simplemente hay menos dinero circulando por la vía del dinero gubernamental. Si en realidad se llevan a cabo esos programas de inversión, se incentivarán varios sectores de la economía que siguen en problemas como el sector de la construcción y el comercio.
En lo que se refiere al fomento a la inversión, se dijo que la intención es atraer empresas norteamericanas que están buscando nuevas localizaciones, ya que China se ha vuelto más cara que México. Además, con el potencial conflicto bélico en Ucrania entre Estados Unidos y Rusia, un número aún no determinado de empresas, se quiere ir de esa zona, por lo que México se vuelve una alternativa importante para reubicar operaciones. Aprovechando esta coyuntura, el país se puede beneficiar de la inestabilidad geopolítica de la zona. Sin embargo, hay todavía algunos elementos que sortear para poder tener un “final feliz” en este factor. Si la reforma eléctrica pasa sin cambios, o con muy pocos de ellos, el mensaje para la inversión internacional será que en México no se respeta la ley y no habrá posibilidad de atraer empresas.
El comercio internacional como factor para impulsar la economía es sumamente neoclásico y, desde luego, neoliberal, pero la propuesta de incluirlo como un mecanismo para mejorar la situación económica actual es de vital importancia. Se ha anunciado que se darán “incentivos” (no se han dicho cuáles) para que las empresas mexicanas, sobre todo pymes, puedan llegar con sus productos y servicios a los mercados internacionales. Por lo pronto se anunció que la Secretaría de Economía será la responsable de buscar mercados para las empresas y a la vez aprovechar los acuerdos que ya se tienen con diversos países y que el día de hoy no tienen prácticamente relevancia porque hay comercio con ellos. No ayuda que el Presidente busque peleas con otros países como Panamá y ahora España, se le olvida que no puede criticar sin bases porque puede echar abajo todo lo que se tiene hasta ahora. España, no hay que olvidar, después de Estados Unidos, es el mayor inversionista en México. Pelearse con sus empresas o con sus diplomáticos siempre tendrá consecuencias negativas.
El concepto de competitividad es un concepto territorial o empresarial y tiene que ver en ambos casos con el concepto de eficiencia. Para las empresas, el anuncio puede ser interesante si va acompañado de estrategias de apoyo a la productividad, a la reducción de la burocracia fiscal o de cualquier tipo o simplemente de apoyos para invertir. En lo territorial se espera que el gobierno federal pueda aportar recursos, aunque sea prestados por organismos internacionales, a los estados y municipios, y que estos puedan reactivar proyectos específicos que les ayuden a atraer turismo, empresas o personas para cambiar la debacle económica en que están sumidas algunas de las ciudades. Se espera que, en este aspecto, el Ejército ayude a reducir la criminalidad que impera en Colima, Michoacán o Guerrero, donde por culpa de esta situación, se ha perdido no sólo el turismo, sino también los productos del campo que no llegan por el bloqueo a los trenes y carreteras, ocasionando un aumento artificial de precios, no porque no se produzca, sino porque no llega el producto a los centros de distribución.
El anuncio viene en un buen momento para cambiar el ánimo de los agentes económicos. Se ha visto ya por diversas razones, que la economía no ha sido manejada correctamente, pero que estas estrategias puedan dar un viraje, al menos para crecer un poco en los meses siguientes. Ya quedó claro que no se crecerá al 5 por ciento, pues la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, ya corrigió al Presidente de la República y le dijo que el Producto Interno Bruto llegaría sólo al 3 por ciento este año. En cualquier caso, sigue siendo un pronóstico muy optimista en medio de un entorno mundial pesimista. Recuerde que este plan ya se había anunciado y no pasó nada, tanto así que se puede reciclar y sigue siendo nuevo. Estas son las ironías del México moderno.