Dolores Mijares, una poeta de Parras
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En el libro “Mujeres Notables Mexicanas”, de Laureana Wright, aparecen dos escritoras coahuilenses. En otras columnas comenté esta obra póstuma en la que se reunieron biografías de personajes ilustres femeninos desde la época precolombina hasta pocos años antes de la muerte de la autora, ya en el siglo XX. En este trabajo también se comparten los perfiles de las colaboradoras de “Violetas del Anáhuac”, periódico feminista dirigido por Laureana. Entre ellas está Dolores Mijares. La poeta nació en Parras el 31 de marzo de 1859. Hasta ahora no tengo fecha exacta de su fallecimiento, pero sí algunas luces sobre su persona. Wright afirma que la escritora fue, además, traductora del inglés, francés y alemán. La familia de la futura poeta hizo importantes esfuerzos para que sus hijas tuvieran educación. Incluso se mudaron a San Luis Potosí, en donde luego de unos años Dolores terminó la primaria: “habiéndola enviado a la escuela antes de cumplir cuatro años, en menos de un año sabía leer”, redacta Laureana Wright.
La biografía cuenta con más datos sorprendentes, como el que Dolores tradujo a los 12 años el “Caín” y el “Manfredo” del poeta Lord Byron. La escritora dirigió la escuela municipal y fue una maestra sobresaliente. Como no tenía título de profesora, a sugerencia de su madre viajó a Saltillo para presentar un examen. Ella explica en una carta citada por Wright: “...porque no habiendo tenido casi maestros y habiendo estudiado siempre sola, temía no saber bastante para sustentar un examen profesional; pero afortunadamente fui aprobada por unanimidad, a pesar de no haber buscado recomendación ninguna”. Laureana comenta que Dolores comenzó a escribir desde antes de dedicarse a la docencia: “Sólo sus amigos íntimos veían sus composiciones; una sola se publicó por los años de 78 a 79 en el periódico ‘La Abeja’ y esto sin que ella lo supiese, pues por excesiva modestia no había aceptado nunca las invitaciones que le habían dirigido varios periodistas”.
En “Mujeres Notables Mexicanas”, dentro de la biografía, se publicaron unos poemas de amor para que los lectores tuvieran una muestra de la obra poética de Dolores Mijares. La coahuilense también aparece en el libro “Poetisas mexicanas de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX” (1893) que José María Vigil compiló a petición de la señora Carmen Romero Rubio de Díaz. La antología fue llevada a Estados Unidos como muestra de la literatura escrita por mujeres mexicanas en la exposición de Chicago. Laureana Wright ayudó a Vigil facilitando autoras y poemas. Por eso el libro cuenta con la presencia de la escritora coahuilense. Los poemas elegidos fueron “Las mariposas”, “Rimas”, “Un nombre en la arena” (traducido del inglés) y el soneto “A un amigo”.
Es difícil rastrear la huella de Dolores Mijares en el universo virtual. Habrá que buscarla en los periódicos (escribió en diarios nacionales y locales), en revistas, en archivos. Me conmueve su historia. ¿Dónde podremos leer esas traducciones de Byron, el poeta más famoso del romanticismo inglés? ¿Qué dicen los documentos de aquella Escuela Municipal de Parras de la Fuente? En el libro de Laureana se publicó una fotografía de Dolores. Un rostro firme, adusto y con la mirada penetrante. Su poema “Las mariposas” habla de esa comparación perenne que hace la poesía de la belleza con lo efímero. En él, conocemos la historia de una niña fascinada por el color y la suavidad de aquellos seres alados. Pero al querer atrapar a las mariposas, se le escapan de las manos: “Si consigues alcanzarla / su brillo le harás perder”, advierte la madre. La lección concluye: “Muchas veces lo que amamos / al conseguirlo, miramos / deshacerse la ilusión”. Con el poema, y los otros, surgen más preguntas. El amor y lo inalcanzable parecen elementos recurrentes de su obra. ¿Qué fue lo que Dolores tocó y se hizo polvo? ¿El amor? Habrá que profundizar en su poesía para responder.