El enigma de Ómicron
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El gran reto frente a la pandemia de COVID-19 es que se trata de un virus desconocido por la humanidad y aunque hemos aprendido del mismo a un ritmo acelerado, lo cierto es que seguimos desconociendo mucho en torno al comportamiento de la enfermedad, lo cual se incrementa con la aparición de nuevas variantes como Ómicron.
Sobre Ómicron hay signos importantes de alerta, debido a que se trata de una variante con alta tendencia a la mutación, lo cual podría dar pie a nuevas variantes en el futuro y también que hasta el momento es la variante de mayor contagio, de hecho, el nivel de contagio se compara al sarampión.
Sin embargo, también hay algunos datos positivos, algunos de ellos tendientes a verificarse, como el hecho de que el nivel de hospitalización por casos graves es inferior en un 80 por ciento a la variante Delta. Por tanto, se infiere que el potencial de contagio y dispersión es significativamente mayor, pero a la vez, los casos serán menos graves.
Ello plantea muchas interrogantes o retos, porque hay desde quien piensa que la dispersión rápida de Ómicron, combinada con su baja letalidad, podría ayudar a lograr el efecto de inmunidad de rebaño en 2022, al infectar a la mayor parte de la población global, pero con menos muertes, sin embargo, también hay escenarios muy duros, por ejemplo que a pesar de la letalidad baja, que haya tantos contagios que los hospitales y sistemas de salud se desborden, como ya está sucediendo en algunos países de Europa, como España o Francia.
También un escenario factible es que la variante Ómicron puede dar paso a mutaciones más peligrosas, con su mismo nivel de contagio, pero mayor de letalidad, lo cual pondría en riesgo a la población, en especial la que no ha recibido ningún tipo de vacuna.
O incluso, cabe la posibilidad que los estudios que hablan de una menor tasa de hospitalización y letalidad de la variante Ómicron no sean precisos, ya que el virus responde de forma diferenciada en cada región y las características biológicas de los habitantes de algún país sean menos efectivas frente a la variante.
Lo cierto es que tomar decisiones frente a Ómicron resulta complicado, debido al desconocimiento que tenemos frente a dicha variante y sobre todo de la efectividad de las vacunas actuales contra la misma, por ello, se está convirtiendo en un gran reto para los gobiernos y para las personas en general.
Ante dicha incertidumbre el tomar precauciones al máximo siempre es el mejor camino, es decir, más vale exagerar las medidas de seguridad, que haber subestimado la variante y enfrentar una nueva crisis sanitaria, como la que vimos al iniciar la pandemia.
Es decir, se trata de evitar al máximo una rápida propagación y los casos de gravedad, porque aún no podemos dimensionar sus consecuencias. Prepararnos para escenarios malos, pero sin caer en el pánico y buscando siempre la forma de regresar paulatinamente a la normalidad.
victorsanval@gmail.com
@victorsanval