El invitado
COMPARTIR
TEMAS
Los cubanos que salieron de la isla tras la llegada de Fidel Castro en 1959 solían decir entre risas y no obstante con un dejo de tristeza que “Martí les había quitado las cadenas de la esclavitud, Batista las cadenas de la ignorancia y Fidel las cadenas, los anillos, las pulseras...”. Conocí a una familia de cubanos que llegaron a Acapulco en ese éxodo, eran médicos ambos, dentistas, tuve amistad en mis años juveniles con uno de sus hijos, y le pregunté a Tentico si sus padres eran felices en México, y su respuesta fue que sí, pero que les dolía recordar su tierra por cuanto les seguiría representando hasta el final de sus días. Nunca he estado en Cuba, y me encantaría hacer ese viaje, por todos los lazos que nos vinculan con esa tierra del Caribe, por su historia entretejida con la nuestra. El invitado de López Obrador, hizo una reseña de ese pasado en el discurso que pronunció en los festejos de esta semana. Reitero, no he visitado Cuba porque me prometí no hacerlo mientras continuara la dictadura. Y es fecha que persiste, aunque ya no estén ni Fidel, ni Raúl al frente. Para quienes admiran la Revolución Castrista, Cuba es un símbolo de la resistencia al “imperialismo yanqui” y un icono de la soberanía política latinoamericana. Pero hay quienes no comparten esa visión y el régimen les significa la perpetuación en el poder de un grupo que ha coartado la libertad y los derechos de un pueblo y sin visos de resolverse. Su actual presidente, Miguel Darío Díaz-Canel Bermúdez ha sido claro al respecto, en sus últimas declaraciones, ha insistido en la “continuidad” en el poder, para el que no concibe “rupturas”. Sería mezquino escatimarle al régimen castrista dos logros esenciales: salud y educación. El sistema de salud que poseen los ubica como un referente frente a la mayoría de las naciones latinoamericanas. Y esto se los reconoce la OMS. Su Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología se distingue por sus trabajos de investigación. Infortunadamente, en las últimas dos décadas el servicio médico se ha deteriorado al escasearse medicinas, equipos médicos y las deficiencias estructurales de consideración en varias instituciones hospitalarias. No obstante, la revolución hizo accesible el derecho de salud a miles de personas.
Sin duda alguna que la medalla más importante es haber erradicado prácticamente el analfabetismo. En Cuba, la educación, la salud y el deporte son derechos de la población. La población de la isla es una de las mejor preparadas académicamente de América Latina. Pero... Sebastián Arcos, director del Instituto de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de Florida, destaca que el acceso a ciertos niveles de enseñanza es exclusivo para “los revolucionarios” y subraya casos de expulsiones de estudiantes por expresar criterios contrarios a los del gobierno y hasta hace unas décadas, por ser homosexuales o traer el pelo largo. Y algo más deleznable: “Es un país donde las escuelas se utilizan para adoctrinar a la gente desde muy jóvenes y donde se ponen los valores comunistas por encima de los valores de la enseñanza”, declaró a la BBC. Por otro lado, el mismo académico señala que se reconocen los altos niveles de seguridad en la isla, sin embargo, cito textualmente: “Es un estado policiaco, dedicado a la seguridad y al control de las personas. Han creado mecanismos para que la gente tenga miedo y han llegado a hacer que casi todos los cubanos sientan que son vigilados o que alguien les escucha cuando hablan por teléfono”. Los fracasos de la dictadura se dan sustantivamente en lo económico y en la violación reiterada de los derechos humanos. El economista cubano Mauricio de Miranda explica que el error fundamental del castrismo ha sido priorizar la razón política y mantenerse en el poder, por encima de la razón económica. No hay cambios estructurales que permitan el crecimiento económico, ni siquiera para recuperar los estándares de vida cuando vivían “auspiciados” por la URSS. Y en el campo de los derechos humanos, las represalias para los críticos del sistema van desde la falta de libertad de prensa hasta la cárcel y la persecución. Sigue siendo un pecado pensar y sobre todo, pensar diferente. Y el que puede emigra. No han creado una sociedad que comprometa a los jóvenes con el futuro de Cuba. No hay nada más frustrante para alguien con capacidad y preparación de excelencia, que carecer de oportunidad de ejercerlas.
Los únicos fastidiados en su país, presidente Díaz Canel, son los cubanos. Usted proviene de la élite que los mantiene en semejante postración. A eso obedece la invitación que le hizo el que ahora desgobierna México, son miembros de la misma caterva.