El Siete Sí Importa. Historia de una muerte anunciada: las OSC y la Miscelánea Fiscal 2022

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La historia de las organizaciones de la sociedad civil (OSC), entendidas como asociaciones civiles, asociaciones de beneficencia pública o privada, colectivos, entre otras diferentes nominaciones jurídicas. Todas, en resumen, quieren lo mismo: resolver una problemática pública común que nadie más lo está haciendo.
El sismo de 1985 en la Ciudad de México fue el punto de inflexión para la creación y la consolidación de la sociedad civil. Fueron grupos de ciudadanos que se organizaron solos para enfrentar esa crisis, una de las más grandes que ha tenido México en su historia reciente. Tras la crisis de violencia que golpeo el país entre 2008 y 2010, hubo otra ola de creación de organizaciones para atender los problemas sociales que trajo consigo: atención a victimas, en especial mujeres y niñas, prevención social para infancia y juventud, atención al fenómeno de la migración, casas hogares, entre otras. Mientras el gobierno está preocupado por la reacción ante la violencia, entendido como más patrullas, policías, armamento. Las y los ciudadanos estaban preocupados por las causas sociales de la violencia.
En ese orden de ideas, la sociedad civil es eso, nacen cuando hay crisis con ideas innovadoras para solucionar algo que nos afecta. Son organizaciones autónomas e independientes de personas que llenan los vacíos que el Estado (el gobierno) no puede o no quiere. Esta semana la Cámara de Diputados (con la mayoría de Morena y sus aliados) aprobó en lo general la Miscelánea Fiscal 2022 que quita la posibilidad de deducir impuestos por concepto de donación. Sin debate por parte de la oposición, como mera instrucción presidencial, de un golpe pone en peligro la existencia de la sociedad civil en México.
¿Cómo funcionaba? Las empresas podían deducir de su impuesto (no pagar) anual hasta el 7% de lo que hubieran pagado de ISR el año inmediato anterior, mientras que las personas físicas no tenían límite, podían deducir todo lo que aportarán como donativo. Es decir, ese 7% significaba la supervivencia de casi 7 mil ONGs en México.
López Obrador y los académicos, periodistas o lideres de opinión a fines a la 4ta Transformación no se han cansado de decir que es absurdo que se deduzcan impuestos de la filantropía, que la motivación sería la ayuda misma a las causas, a las ONGs. Pero, ¿por qué no deben deducirse impuestos por algo que se supone que debe hacer el gobierno?
Las ONG’s no tienen dinero, viven de lo que sus fundadores aportan, de donativos públicos, privados o internacionales, con proyectos específicos que miden sus resultados. Tenemos gastos administrativos como cualquier negocio: servicios, teléfono, renta, impuestos, pago a personal. Se realiza una labor titánica de comunicación y relaciones públicas para conseguir donativos, aunados a todos los informes que se envían al SAT para cumplir con la normativa para poder otorgar estos recibos deducibles. Así que, lo absurdo es creer que las que están mal son las ONGS. Es realmente imposible que no se sepa en qué se gasta el dinero.
Cabe mencionar que tampoco es novedad lo qué pasó. López Obrador lo ha venido anunciando casi desde la llegada a Palacio Nacional, a las ONGs como enemigas de la 4ta Transformación, cuando éstas mismas fueron quienes lo acompañaron en sus diferentes campañas electorales.
¿Por qué tanto odio del Presidente al tercer sector? ¿Por qué no quiere una sociedad organizada? Es gravísimo lo que está pasando hoy en México en términos de nuestra historia política y el camino que estamos siguiendo hacia la construcción de la calidad de la democracia. Las ONGs son un contrapeso muy importante en cualquier democracia, su trabajo y su percepción de los problemas públicas abona a la construcción de soluciones eficaces.
No se preocupe aeñor Presidente, sin usted, con usted o a pesar de usted, seguiremos haciendo nuestro trabajo como #CiudadanosdeTiempoCompleto.
Nota. No olvidemos que esta Miscelánea Fiscal 2022 también trae que todos los mayores de 18 años deben de inscribirse al SAT y empezar a pagar impuestos. Esto afectará enormemente el bolsillo de las familias mexicanas (la del bazar, la de las tandas, la de la tiendita, la de los bolis/yukis, la de los fritos afuera de la escuela). Recordemos que 6 de cada 10 empleos son informales y son el 22.7% del PIB. Esto quiere decir que ese ingreso se va a reducir entre 20% y 30% (o tal vez más). Estas familias no están en la informalidad porque quieren, existen muchísimos factores para que hayan llegado a esto. Lo único que pasará es que esas familias tendrán menos dinero para mantenerse.