Elecciones 2023; que partidos y candidatos no queden a deber

Ayer domingo inició la fase más intensa -al menos desde la perspectiva del electorado- de cualquier proceso electoral: la relativa a las campañas, es decir, el período en el cual quienes aspiran a conquistar nuestro voto nos hacen saber sus propuestas concretas.

En teoría, los electores debemos realizar un esfuerzo por enterarnos de la mayor cantidad de información relativa a dichas propuestas, contrastarla y, con base en dicha información, construir nuestra decisión individual. Si hacemos eso -también en teoría- estaremos escogiendo bien y haciendo que nuestro voto cuente en el sentido más amplio del término.

La gran pregunta es, ¿cómo nos hacemos de la información relevante las distintas campañas? La tarea, en principio, no parece complicada pues solamente son dos votos los que debemos emitir. Sin embargo, aún cuando solamente debamos escoger dos personas es necesario tener información de nueve candidaturas: las cuatro que buscan la gubernatura y las cinco adicionales que pretenden representar a nuestro distrito en el Congreso.

El problema es que ni los partidos políticos ni las autoridades electorales nos la ponen fácil. Del lado de los primeros se espera una actuación acrítica de la ciudadanía, es decir, que votemos sin contrastar ideas, y del lado de la segunda no se despliegan esfuerzos eficaces en la tarea de poner a disposición del electorado la información necesaria.

En efecto, en el caso de la autoridad se anunció antes del arranque de las campañas la existencia de un sitio web denominado “candidatas y candidatos, conóceles” a través del cual podríamos acceder a la información detallada de cada candidatura y, además, la oportunidad con la cual la información apareciera en dicha plataforma sería un termómetro que podríamos usar para “premiar” o “castigar” la vocación por la transparencia.

Sin embargo, hasta ayer no solamente no existía ningún registro para consultar, sino que dar con el micrositio en el cual presuntamente se colocará la información era sumamente complicado.

La inexistencia de la información en plataformas digitales refleja, desde luego, la renuencia de los partidos políticos a poner a disposición de la ciudadanía toda la información con la cual podrían formarse una opinión robusta y, en consecuencia, construir una decisión informada.

Seguramente la información, como ha ocurrido en todos los ejercicios en que se ha lanzado una plataforma de este tipo, irá apareciendo, pero eso ocurrirá más como producto del señalamiento público de su ausencia que debido a la existencia de una vocación por socializar los datos.

Tal hecho apunta a que, una vez más, partidos y candidatos tienen la intención de quedar a deber y que no tienen intención de convencernos de contar con las mejores propuestas para enfrentar los desafíos colectivos, sino solamente la ambición por ostentar una posición pública.

Depende pues de nosotros el que esta actitud cambie, pues a estas alturas ya está muy claro que nuestros políticos no lo harían por voluntad propia.