Es momento de agarrar carretera
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Tengo prisa. Ayer me di cuenta de que para todo tengo prisa, o parezco tenerla. Estaba en un ensayo virtual, por aquello de, bueno, ya sabemos por qué. El asunto es que tenía pendiente hacer un pago y mi mente no se quitaba de que el pago se tenía que hacer en ese preciso momento, y si no, algo grave pasaría. No era cierto. Solamente estaba nerviosa. No era urgente el pago. No era urgente nada. No iba a pasar nada si me tardaba minutos u horas más. Pero yo tenía prisa. Y vivo así. Tengo prisa.
Ahora que lo escribo, me doy espacio para sentir, para percibir, esa sensación de prisa que tengo tan frecuentemente, casi siempre. Pienso, o siento, que si no lo hago (lo que sea) en este momento, ya no será tiempo, ya se pasará el momento. Notarás que casi siempre contesto mensajes de inmediato. Es un síntoma de una personalidad controladora y ansiosa que quiere saber cómo está todo en todo momento y no perder de vista nada nunca.
Para los que son así, como yo, les puedo dar un consejo. Váyanse... de vacaciones. A mí, eso me va de maravilla. Saliendo de mi espacio, de casa, de los ámbitos de trabajo, alejándome geográficamente de las ocupaciones y las preocupaciones, ya no siento la necesidad de tener todo bajo control y de atender cualquier cosa de cualquier índole y de cualquier persona a cualquier momento. Y mi experiencia me dice que el mundo estará allí, igualito, cuando regreso. Como sí nada.
Voy sintiendo que es momento de agarrar carretera. Me trae a la mente una canción: On the Road Again de Willie Nelson.