Futbol y economía: Coincidencias
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Siempre he sostenido que el futbol es reflejo de nuestra situación económica y podemos verlo como una forma muy sencilla de comprender algunos de los fenómenos que vivimos en nuestro País. Por ejemplo, el fenómeno inflacionario tan sufrido en el futbol, refleja lo que tenemos actualmente en nuestra economía. Cada vez se pagan cantidades mayores por conseguir los servicios de un jugador que ha probado ser bueno y que ha dado resultados. Lo mismo está pasando en lo que consumimos cotidianamente, donde lo bueno o lo regular, cada semana está más caro.
Usted habrá notado que ahora la inflación ha ido más allá del fenómeno en sí mismo porque ahora tenemos inflación de “marca”, esto es, puede ser que el producto en general suba moderadamente de precio, pero una marca en específico rompe cualquier lógica del aumento. ¿A qué se debe? principalmente a “percepciones de atributos” que hacen que el producto o servicio se distinga totalmente. Los influencers son responsables en gran medida de este tipo de aumentos excesivos de precios, pues son ellos los que directamente dan al público la característica “no copiable” de lo que usan o recomiendan. La mercadotecnia ha dado lugar a este fenómeno desde hace años. En el futbol, los aficionados son los que generan el mismo efecto al comprar la camiseta con el número de su futbolista preferido. Un dato para señalar este hecho, los influencers se quedaron en 2021 con 16 billones de dólares, y son responsables de un sobreprecio en productos o servicios que ronda el 30 por ciento.
En los salarios de los futbolistas uno no puede meterse porque hay toda una serie de elementos que para los trabajadores comunes como nosotros no aplican. Por ejemplo, para los segundos, los sueldos (remuneraciones) a tasa anual y con cifras desestacionalizadas, de enero de 2021 a enero de 2022, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía una disminución de 0.4 por ciento. En pocas palabras, perdimos poder adquisitivo, y seguiremos perdiéndolo, porque nuestros sueldos se ajustan una vez al año nada más y la inflación avanza cada día.
En el crecimiento económico estamos perdiendo el partido con esta administración que prometió, como lo hace recurrentemente, crecer al 5 por ciento anual. Si hubo o no una pandemia o una guerra, es como decir que el equipo estaba preparado para jugar contra equipos buenos, pero no tan buenos como los que le tocaron. Simplemente, como equipo de la economía hemos perdido, pues el equipo anterior de los neoliberales, cuando menos, ha hecho un mejor papel en la cancha con un crecimiento promedio de 2.4 por ciento. En este sexenio, simplemente el partido va perdido, pues hasta ahora el crecimiento es negativo. Sin embargo, aún hay tiempo para poder recuperar el marcador o hacerlo más decoroso, como se dice en ese deporte.
La recuperación del empleo ha sido muy buena y ya estamos por arriba de los niveles de 2019, 56.1 millones de mexicanos están trabajando. Excelente noticia, pero no alcanza el dinero ganado, porque esa recuperación del empleo ha sido a costa de los salarios. Ahora, los aumentos por decreto no funcionan, si así fuera, no habría pobres porque siempre habría salarios elevados. Esto hay que aclararlo, es normal al salir de una situación recesiva como la vivida por la pandemia. Siempre ha sido así a lo largo de la historia y se explica porque en las crisis, hay una caída excesiva de la productividad laboral porque al despedir trabajadores, se tienen que reorganizar los procesos productivos y los costos de los despidos se cargan al costo de la mano de obra. Posteriormente, recontratar trabajadores implica una curva de aprendizaje, que tiene un costo para la empresa, y de esta forma, se puede ver cómo cae la productividad laboral en el corto y mediano plazo. De hecho, lo que sigue, mientras se encuentra el equilibrio entre tecnología y mano de obra, son incrementos importantes en el empleo. Habrá que esperar los nuevos desarrollos tecnológicos para ver el impacto en la cantidad de mano de obra utilizada y en el largo plazo habrá despidos con aumentos de la mano de obra por sustitución tecnológica. Por lo pronto, habrá que ver el desenvolvimiento de la robótica que viene desplazando a la mano de obra en Estados Unidos. De acuerdo a Bill Gates, el magnate de Microsoft, para el 2030, uno de cada 9 trabajadores podrá ser reemplazado por un robot. Esto claro está, para México tendrá otros tiempos y otras consecuencias, pero hay que tenerlo presente.
En el tipo de cambio sí hay muy buenas noticias, hoy (ayer) amaneció el dólar por debajo de los 20 pesos por billete verde. Aunque esto no depende de ninguna estrategia del gobierno o del Banco de México. Más bien tiene que ver con efectos de la guerra, pues una parte importante de los inversionistas rusos han emigrado a América Latina para resguardar su riqueza. La Bolsa Mexicana de Valores ha absorbido un 20 por ciento de capital excedente internacional; la Bolsa de Colombia un 12 por ciento y la bolsa brasileña de valores un 8 por ciento. Para el caso mexicano son buenas noticias, por eso tenemos un dólar barato y una bolsa con ganancias históricas récord. Este no era un resultado esperado para este año. Hoy, al cierre del primer trimestre de este 2022, el indicador bursatil nos da una ganancia de 5.1 por ciento. De acuerdo a las expectativas, estos resultados se mantendrán al menos otro trimestre. En contraposición, la mala noticia es que las tasas de interés van al alza al menos en los siguientes 16 meses para poder contener a la inflación. Y aquí volvemos a donde empezamos, al juego de la economía o al partido de la mejora económica del país, donde por lo pronto, vamos perdiendo con este gobierno, perdón, con este equipo de acuerdo a los “otros datos”.