La Grieta. La Luz: ¿La Esperanza?
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Parafraseo, al poeta y al cantor, Leonard Cohen, para tocar las campanas que todavía pueden sonar. Me olvido de su perfección al escuchar su disonante tañir. Pero, gracias a ello, veo la grieta presente en todo; la grieta por donde entra la luz.
Hace un año, Andrés Manuel parecía invencible. Había capturado -de manera exitosa- el derecho a la esperanza de las grandes mayorías de mexicanos marginados por la sociedad y la historia. Su narrativa mañanera reproducía cada día los pensamientos de esos mexicanos para darles poder y visibilidad -por primera vez- desde el dolor y el resentimiento acumulado por generaciones.
¿Pensaban ellos en la dimensión propagandística y manipuladora de su renacido derecho a la esperanza por parte de AMLO? Nunca. Porque sus palabras sólo reflejaban para ellos aquel poema del dramaturgo alemán Bertholt Brecht que revalidaba su papel como sujetos de la historia: “¿Quién construyó Tebas, la de las siete Puertas?/ En los libros aparecen los nombres de los reyes/¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?/ Y Babilonia, destruida tantas veces, ¿quién la volvió siempre a construir? / ¿En qué casas de la dorada Lima vivían los constructores? / ¿A dónde fueron los albañiles la noche en que fue terminada la Muralla China? / La gran Roma está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió? ¿Sobre quiénes triunfaron los Césares?...”
En ese momento, el poder carismático de AMLO capturaba las consciencias, las voluntades y los sentimientos de esas grandes mayorías de mexicanos. Y cerraba el círculo de poder hegemónico con 3 billones de pesos en programas sociales y transferencias económicas directas.
Sonaban las campanas, aunque disonantes porque el país iba en picada. AMLO iba desnudándose poco a poco como un operador electoral dispuesto a utilizar la salud, la economía, la seguridad pública, la educación, la cultura, la ciencia, la justicia y la democracia para desmantelar nuestras frágiles instituciones y concentrar ese poder en su persona y apuntalar así, la transexenalidad de su proyecto político.
Hoy, casi desnudo, AMLO aparece, en el declive de su poder, como una caricatura del autócrata bananero de los años 70s: Soberbio, rencoroso, vengativo y desesperado. “La perfección de AMLO” se desmorona y por una grieta aparece una pequeña luz.
La crisis es doble: interna y externa. Desde sus mismas entrañas la candidatura de su sucesora, Claudia Sheinbaum, no ha sido capaz de probar su rentabilidad electoral. Su probable sustituto, Adán Augusto López, secretario de Gobernación, no ganaría la elección en 2024; mientras, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal se preparan para dividir a Morena en dos o tres partes.
Las acciones erráticas de AMLO, alimentadas por el ala radical del morenismo (bajo el liderazgo de Claudia), propiciarán que éste cometa errores estratégicos. Bajo esa tónica, las reformas electoral y militar, por ejemplo, no pasarán. Aparecerán videos que triturarán -aún más- la narrativa amloista de austeridad franciscana y lucha contra la corrupción. De nuevo, sus familiares serán los protagonistas.
Al exterior, el ejercicio de la revocación probó tres cosas: (1) el voto duro de Morena tiene un techo no mayor de 15 millones de electores. (2) Morena no tiene la capacidad logística ni la estructura política para movilizar a los beneficiarios de sus programas y transferencias económicas. Y, (3) Morena sin AMLO en la boleta electoral, es poco menos que nada.
El rechazo a la Reforma Eléctrica afirmó que la oposición unida -por las razones que sean-puede blindar al INE y acotar la militarización del país.
En 2024, un México atravesado por la violencia criminal, política y económica- aparecerá dividido entre dos ejércitos: el amloista -debilitado- de las clases populares y el otro -ilusionado- de clase media, media alta y alta.
Esa es la luz capaz de escabullirse por la grieta que sangra al país: ¿tendremos la capacidad de transformarla en esperanza?