La incertidumbre en los mercados financieros
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El conflicto en Ucrania que enfrenta a Estados Unidos y Rusia, ha reducido su intensidad recientemente. Rusia declaró que empezaría pláticas con Ucrania para dejar en claro que una invasión no se va a dar, si ese país no entra a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN por sus siglas en inglés). Sin embargo, Estados Unidos parece insistir en que Rusia no respetará el acuerdo. Por lo pronto, esa incertidumbre ha jugado en contra de todo el mundo, pero sobre todo de los mercados financieros, que se encuentran subiendo y bajando de manera pronunciada todos los días. Veamos por qué algo tan lejano y particular afecta al mercado financiero, de México y de otros muchos países.
Para comenzar, en cualquier episodio de guerra a lo largo de la historia de la humanidad, los combustibles han jugado un papel protagónico. Los datos sugieren que los precios de los energéticos tienden a duplicarse. En el caso de México, el barril de petróleo ya llegó a 90 dólares el barril, cuando apenas hace dos meses costaba 56. Además, en el caso de Rusia y Ucrania, entre ambos abastecen más del 50 por ciento de gas natural a Europa y más del 30 por ciento del petróleo refinado para gasolina. De esta forma, lo que pase allí afecta a todo el continente y desde luego a sus empresas. Al aumentar el costo de la gasolina, el petróleo y el gas, están aumentando los costos fijos de las empresas, esto es, los márgenes de utilidad se reducen y las posibilidades de lograr los objetivos planteados para este año, parecen evaporarse. Por eso, ya muchos inversionistas han empezado a vender sus acciones, pues el valor de éstas no alcanzará lo proyectado. Y como se siguen ofreciendo acciones en el mercado, éstas siguen bajando. No se ve cuándo puede desaparecer esa desconfianza.
Otro factor que está afectando a los mercados financieros es que, de haber una guerra en esa región del mundo, el costo del dinero aumentaría, pues una parte importante de éste tiende a usarse directamente para las necesidades bélicas, dejando menos dinero en el sistema económico para las empresas. Este hecho crea aumentos en las tasas de interés de todo el mundo. Como se sabe, Estados Unidos dicta de alguna manera una tasa base mundial que después es replicada con los ajustes correspondientes en el tipo de cambio de la moneda de cada país. En el caso mexicano, dicho aumento genera una depreciación del tipo de cambio y también un aumento de la tasa de interés, reduciendo el apetito de los inversionistas por acciones y aumentando la compra de bonos. A pesar de que aún no hay un conflicto y que las posibilidades se esfuman, el presidente norteamericano parece empecinarse en acusar a Rusia de diferentes cosas con la finalidad de mantener el interés y la opinión pública de su país alejados de los problemas políticos locales, donde Biden no ha podido mostrar el liderazgo que se esperaba. Esto hace que el dólar pierda valor y por lo tanto en un día se puede tener en los mercados financieros un aumento de tipo de cambio por la posibilidad de una guerra en Ucrania, y luego una bajada abrupta del mismo porque surgió un problema político con algún senador en Estados Unidos. Así de locas están las cosas ahora mismo.
Por si fuera poco, un tercer factor de incertidumbre financiera para México es que las empresas internacionales no han podido mantener sus capacidades de exportación, ya sea por falta de materias primas o por incapacidades logísticas. Europa muestra una semiparálisis, pues los países más cercanos al conflicto ucraniano están más preocupados por protegerse del problema que de solventar sus propias necesidades. Esto ha dejado a varios mercados con carencias graves. El sector de los alimentos, por ejemplo, que tiene interrumpidas las cadenas de suministro desde hace ya más 9 meses, no ha podido operar con normalidad. Desde huelgas de camioneros y falta de combustibles, hasta ahora un conflicto que impide el libre tránsito de diversos productos en el este europeo. Polonia y Rumania, colindantes con Ucrania y proveedores de alimentos y componentes industriales para Alemania, han reducido de manera importante sus operaciones y por ende los volúmenes de productos ofrecidos en ese continente. Con lo anterior se pierde valor en el mercado bursátil o vía el cierre de mercados para sus productos o materias primas. Para tener una idea, la oferta de trigo mundial se ha reducido 12 por ciento por aspectos de logística relacionados al conflicto ucraniano.
Los bancos que operan en México son extranjeros, principalmente europeos. Una guerra en Europa afecta sus decisiones y sus intereses y por ello se empieza a vislumbrar una repatriación de capitales si realmente estalla la guerra en esa parte del mundo. Ya tuvimos en 2009 una repatriación de capitales bancarios con montos importantes. Seguramente, en esta ocasión tampoco será la excepción, pues nuestro país sigue siendo un lugar de alto rendimiento para los bancos españoles y británicos, ya que sólo aquí se pagan comisiones tan altas por sus servicios.
Cuando las bolsas de valores ganan, es que las empresas tienen expectativas de ganancias, cuando pierden es que hay perspectivas poco favorables para que alcancen sus objetivos de negocio. Sin embargo, son expectativas y como tal debemos interpretarlas para que podamos obtener ganancias en el largo plazo y no nos espanten las noticias actuales. No hay que echar las campanas al vuelo ni reconocer pérdidas que aún no se dan. Sólo hay que recordar que Estados Unidos siempre afectará nuestra economía de una manera importante, por eso cuando ellos estornudan a México le da gripa o ¿será coronavirus? La globalización vino a cambiar la forma en que nos relacionamos, y en los mercados financieros, prácticamente estamos todos juntos en uno solo.