Los acoplamientos políticos de López Obrador

Algunos políticos con mente malévola aprovechan acciones coyunturales con el objeto, en ciertos casos, de significar errores.

Hace días en una entrega me permití sugerir al Gobernador que fuera prudente y utilizara el buen juicio, de manera que el no estar de acuerdo sobre alguna disposición presidencial se mal interpretara como si fuera un enfrentamiento, pues conociéndolo seguramente se torcerían competencias y fincaría responsabilidades atribuyéndole competencias que no le corresponden, con el fin de irlo debilitando para cuando llegue la contienda electoral.

El maquiavelismo propio del ente federal ha sido la tónica para ir minimizando a todo aquel que no compagina con el criterio presidencial, pues sus disposiciones, unas a modo otras por ignorancia, son una confusión de ideas, un claro galimatías que se llevan de paso leyes y normas descalificando el estado de derecho.

Es de suponerse que en Coahuila en adelante, la guerra sucia tendrá sustento en cualquier falla maximizándola, y hacerla notar para que reviente y tener justificación para echar en cara aduciendo que los priistas siguen en el carril de la corrupción y en la incapacidad para gobernar, y presentar a un morenista salvador, que aunque tiene su corazón en el Estado de Guerrero, como el mismo Mejía lo dijo, sería la fuerza vivificadora que limpiaría el alma de los coahuilenses.

El señor Mejía quiere competir por la gubernatura, es una persona que los coahuilenses no lo conocen, es un funcionario que sus resultados positivos como Subsecretario de Seguridad Federal han sido sumamente escasos, pues cotidianamente la inseguridad sigue prevaleciendo en el país con datos ciertos de homicidios, desapariciones, etcétera, y esos no son otros datos sino que son verdaderos.

La perversidad siempre hace presa a las mentes débiles o mentes que operan con reglas aderezadas con buena dosis de maldad que causan daño intencionalmente, lo cual los sitúan como seres luciferinos cuya condición natural es hacer el mal.

Es imprescindible desterrar este tipo de gobiernos que no tienen caminos diseñados que abonen al progreso, pues en este gobierno nos hemos concretado solo a ponderar tres obras en cuatro años de gestión, y ciertas obras que solo sirven para la distracción de la ciudadanía tapando la ineptitud, y que en esos cuatro años el presupuesto federal ha sido de varios billones de pesos que habrá que revisar en su momento y fincar responsabilidades.

Es tiempo de estar preparados, pues la embestida que quieren dar debemos impedirla haciendo un frente común en paz y con argumentos y definiciones bien fundados, en este caso los poderes constituidos deben ser un apoyo importante, como el Legislativo que debe ser un acicate del que el Ejecutivo se sienta cobijado y cuyo líder no solo sea compañero de club.

No se trata de enfrentamientos sino hay que estar prevenidos para repeler las actitudes que utilicen para aniquilar mediante la aplicación puntual de la normatividad que es la que debe prevalecer.

Es necesario que el partido del Gobernador como un ente actuante se constituya en una fortaleza de apoyo, de igual manera los exgobernadores no solo deben estar en palco proscenio mirando la escena, pues ellos constituyen una fuerza política muy importante, aunque en este caso a lo mejor sale contraproducente.

Y los poderes fácticos y los señores del dinero y sobre todo los ciudadanos coahuilenses beneficiados del equilibrio que logró el Gobernador al establecer condiciones de armonía como plataforma para el avance.

La embestida ya está aquí, la concesión para otorgar la gubernatura la tenemos los electores, aprovechemos y démosela a quién realmente conocemos y la merece, luego no nos vayamos a arrepentir aceptando a desconocidos.

Se lo digo EN SERIO.

franciscoaguirreperales
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