Medir fuerzas
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Durante muchos años Coahuila se ha conservado como un territorio priista y ahora en estos tiempos tiene el objetivo de que prevalezca, lo que seguramente se proseguirá con la operatividad que Miguel Riquelme le imprima a la lid por la gubernatura las estrategias que utilizó en las contiendas pasadas que le valieron los triunfos de su partido, por lo que desde ya se aprestará a aceitar la estructura de guerra que trabaje por el candidato a sucederlo, ya que con los triunfos electorales anteriores se revistió de autoridad moral que empleará próximamente que le permite sostenerlo en la pelea.
El fin de semana pasado pudimos darnos cuenta de las convocatorias por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en Saltillo, y Morena, en Francisco I. Madero, y poder hacer las mediciones de popularidad y del manejo de las estrategias en las que quedó de manifiesto la movilización cuantitativa por parte del partido del Presidente de la República, en donde estuvieron como animadoras las corcholatas, como peyorativamente se les conoce, pues la forma despectiva de llamarlas de esa manera las identifica como personas poco importantes.
De igual forma esa pasarela organizada por Morena sirvió como termómetro para conocer la aceptación por parte de la ciudadanía de esos personajes creados por el Presidente, -los cuales tienen un componente manipulador y demagógico- y tener seguridad en el que salga premiado por los electores y pueda contender por su partido a la Presidencia de la República.
Esas acciones con toda claridad que solo son un formato para darle un toque democrático, pues el candidato de ese partido, por supuesto que va a ser elegido por el Presidente.
La reunión a que convocó Morena en la ciudad de Francisco I. Madero, Coahuila, fue el primer paso en el que el partido guinda debe abrir los ojos a la realidad y se convenza que el elector toma en cuenta al candidato y no al partido, pues en este caso el jugador, con todo y que es oriundo de esa comarca, carece del peso suficiente de tal manera que su presencia pasó desapercibida, basada en una operación organizativa tan tenue que el apoyo de los presuntos seguidores que se esperaba resultó pobre que mostraron la falta de experiencia que pregonan tener.
Ante las evidencias reflejadas en las reuniones en Francisco I. Madero y en Saltillo no se debe caer en la ceguera al no reconocer la conformidad hacia determinado partido, pues fue muy claro que la cantidad de personas reunidas en Saltillo que avaló el evento fueron diez veces mayor los simpatizantes.
La demostración de esas muestras manifiesta la preocupación por resguardar la unidad partidista, pues ésta es el valor político que le da vida a los paridos. Para seleccionar al candidato que contendrá por la gubernatura el próximo año debe existir la unidad partidaria, pues esa unidad se demuestra cómo se hizo en la reunión multitudinaria el fin de semana pasado en Saltillo.
La gran mayoría de los gobernadores del país, un gran número de presidentes municipales, un número importante de diputados locales y la mayoría en el Congreso Federal y en la Cámara de Senadores, pertenece a Morena y mueve la idea de conservarlos y seguir ganando más puestos con el objetivo de construir una coraza y convertirla en una fortaleza que proteja a López Obrador para cuando termine su administración de haber llevado un gobierno absolutista que hizo daño.
Asumamos nuestra responsabilidad como precursores de un voto razonado por el candidato que realmente ofrezca la posibilidad de visualizar un horizonte de progreso que siga conservando a Coahuila en la ruta del progreso.
Se lo digo EN SERIO.
franciscoaguirreperales@gmail.com
@aguirreperalesf