MIRADOR 08/09/2021
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8 septiembre 2021
Llegó sin avisar y se presentó a sí mismo. Con cara de poco amigos -o más bien de ninguno- me dijo:
-Soy el círculo vicioso.
Ya había oído yo hablar de él. A cada paso alguien decía:
-Esto es un círculo vicioso.
Le pregunté con cautela:
-Y ¿en qué puedo servirlo?
Respondió:
-Diga a sus lectores que soy víctima de una injusticia. Siempre se habla de mí, del círculo vicioso, pero jamás se habla de un cuadrado vicioso, de un triángulo equilátero vicioso, de un trapecio vicioso, de un rectángulo vicioso...
Tras decir eso se alejó mascullando palabras que, creí entender, eran maldiciones.
Cumplo aquí el deseo de aquel extraño visitante.
Espero no meterme en un círculo vicioso.
¡Hasta mañana!...