Mirador 19/02/2022
Ya estamos viendo el túnel al final de la sombra. Quizá pronto veamos la luz al final del túnel.
Hablo de la pandemia que trajo a nuestras vidas la amenaza de la muerte, que en muchos casos se cumplió. Hablo del malhadado virus que nos arrebató un preciadísimo don que no sabemos apreciar: la amada rutina cotidiana. Hablo de la pena de prisión a que fuimos condenados, y que en buena medida nos robó dos años casi de nuestra existencia.
Quizá pronto volveremos a vivir con plenitud. Quizá pronto abriremos ya sin miedo los regalos del abrazo, del cálido encuentro familiar, de la gozosa reunión con los amigos, del trabajo sin cortapisas, de la escuela en presencia de la escuela, de la asamblea para orar junto con nuestro prójimo...
Numerosos hermanos nuestros han sufrido pérdidas irreparables en este aciago tiempo. Reciban el consuelo que la fe y la esperanza traen consigo, o que viene de la recordación de las horas felices que nos fueron dadas antes de la llegada de la adversidad.
Se irá la niebla y miraremos otra vez la vida. Nos miraremos otra vez.
¡Hasta mañana!...