Mirador 24/01/22
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El viajero llega a La Paz, en Baja California, y escucha una leyenda.
Un pescador de perlas, cumplida su jornada de trabajo, dijo:
-Voy a bajar una vez más. Si hallo una perla será para la Virgen.
Descendió y encontró la perla más grande y más hermosa que se había visto.
Otro pescador, envidioso del hallazgo, dijo:
-También yo voy a bajar. Si hallo una perla será para el demonio.
Bajó, y no volvió a salir. Su cadáver jamás fue recuperado.
Ahora en esa parte del mar se forma un remolino, y las azules aguas se pintan de negro. Es la cabellera del ahogado, del que quiso buscar una perla para el diablo.
¿Es cierta esa leyenda? No lo sé. Y no importa. Las leyendas no tienen que ser ciertas para ser verdad.
¡Hasta mañana!...