Pacientes oncológicas: en mayor riesgo a causa de la pandemia
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La pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 ha generado múltiples consecuencias indeseables en casi cualquier aspecto de la vida colectiva. Y en el terreno de la salud estas se extienden más allá de la pérdida de vidas humanas o las secuelas provocadas en quienes han desarrollado la enfermedad.
Uno de los aspectos en los cuales los efectos secundarios de la pandemia se resienten desde hace tiempo es el de la detección y atención oportuna de enfermedades crónico-degenerativas, entre ellas el cáncer. Y entre los grupos vulnerables que más se ven afectados por tales consecuencias se encuentran las mujeres.
De acuerdo con el reporte que publicamos en esta edición, pacientes oncológicas que reciben apoyo por parte de organizaciones civiles sufrirán por varios días la suspensión de terapias de acompañamiento emocional, un aspecto relevante en el proceso de hacer frente a la enfermedad que padecen.
Directivos de las asociaciones civiles “Casa Rosa” y “Grupo Reto” anunciaron que debido a la escalada en los contagios por COVID interrumpirán sus servicios, lo que dejará temporalmente a varias decenas de pacientes sin el apoyo que les proporcionan.
El respaldo que las pacientes con cáncer reciben de estas organizaciones civiles se suma a la disminución de los recursos que las instituciones públicas de salud están destinando a la atención de estos padecimientos y que se traduce, entre otras cosas, en una menor actividad de detección así como en un seguimiento menos eficaz de los casos.
Ciertamente la prioridad de todos tiene que ser cortar la ola de contagios para evitar que, en estos tipos de pacientes, a la enfermedad ya existente pueda sumarse un cuadro de la COVID-19 que, en sus circunstancias, puede implicar el desarrollo de síntomas graves y poner en riesgo la vida.
Pero justamente porque se trata de personas que ya se encuentran en una situación precaria de salud es necesario que el sector público desarrolle, a la mayor velocidad posible, protocolos que permitan sostener, en las mejores condiciones, el tratamiento que requieren.
Por otra parte, las asociaciones civiles que han asumido una parte de la responsabilidad que corresponde al Estado tendrían que recibir el apoyo necesario para que sus actividades
solamente se vean disminuidas en la medida de lo estrictamente necesario.
El propósito del sector salud, así como de las organizaciones civiles que proporcionan apoyos adicionales de carácter necesario, es salvar vidas. Para alcanzar este propósito no basta con evitar que las pacientes oncológicas se contagien de coronavirus. Adicionalmente, es necesario garantizar que reciban puntualmente el tratamiento requerido.
No hay una respuesta sencilla para este tipo de encrucijadas, eso debe entenderse. Pero que la respuesta no sea sencilla
no implica que no exista. A encontrarla y ponerla en práctica deben orientarse los esfuerzos colectivos.