Pormenores coahuilenses
Tiempos de mucho nerviosismo entre los políticos aferrados a la ubre presupuestal en los últimos 17 años de maximato. El miedo latente no sólo en el aferramiento de los privilegios y mieses recabados, sino en la pérdida de estos por la amenaza de la Ola Morada que puede inundar los mismos cimientos de un sistema podrido, sobre todo en este periodo de atracos que ha durado 204 meses. ¡Válgame Dios!
Quién iba a imaginarse que un
modesto y bailador profesor, un día expulsado del estado, fuera a generar un régimen con extensión a 18 años bajo la asesoría del hermano mayor, siniestro y lleno de rencores.
Bueno, las cosas transcurren en Coahuila como quien saca cosas a liquidación, y las consecuencias de la borrachera de excesos en los malos manejos de los dineros públicos empiezan a brotar por entre las cañerías.
Qué caro le resultó a Riquelme el
haber buscado la gubernatura y terminar siendo sólo un gerente que administra los negocios de una marca familiar y sus subsatélites, porque no solamente son los múltiples y oscuros negocios de la marca M, sino también aquellos en donde son socios y que incluyen medios de información, restaurantes, empresas de venta de insumos al DIF y de anuncios espectaculares, ranchos y hasta mineras de carbón. Haya cosa.
Un apetito desmedido del clan familiar que se alió a cuanto sinvergüenza y cínico pudo, que van desde funcionarios de bajo nivel hasta expertos en fraudes y artificios, como el muchacho tamaulipeco que está cantando la mona desde San Antonio para salvar el pellejo.
Lejos están los tiempos de gobernar con la virtud, como un día me confío Humberto, ni siquiera como slogan, pues poco a poco los ladrillos de la ética y la honestidad fueron derrumbados y sustituidos por el descaro, la ambición y el cinismo.
Según ellos, todo les ha sido perdonado por un lumpen al que enaceitaron generosamente. Y confiados de que la gente siempre es leal mientras tengan necesidades por cubrir, pues adelante, que se lanzan por llegar a 24 años en el poder a través de otra marioneta que los cubra y siga engrosando sus mieses en un juego muy peligroso, pero al fin y al cabo, el hermano mayor siempre ha tomado riesgos, aunque no siempre gane, como en Hidalgo.
En 2017, lograr un candidato que uniera a los hermanos en una operación cicatriz no fue efectiva y los tímidos cortejos de Riquelme no lograron apaciguar las ansias de venganza de Beto, el profesor desquiciado, quien no tuvo que esperar mucho para desquitarse y se fue a apoyar a Menchaca en este año, y “chiras pelas” Rubén y Carolina.
La segunda ronda de esta operación revancha se está avizorando, aunque
con la discreción necesaria a fin de que Humberto no aparezca en su tierra como un traidor.
Por lo pronto, ya coló en Morena a varios operadores y está tendiendo redes con los enemigos del hermano mayor en Saltillo, Monclova, Piedras y Torreón.
Si bien es cierto, no será por el número de gente que aún tiene nexos con él, sino por el tema a utilizar −los excesos del régimen de su sucesor y hermano, sus múltiples malquerientes (aun en la administración estatal) y la complicidad con grupos oscuros− que Humberto atacará desde las sombras. Y por otro lado, la puesta en plato al candidato de Morena de información de primera mano de los secretos de las entrañas, esos que duelen más por proceder de la misma sangre.
La dupla Rubén-Riquelme confía en que la alianza será efectiva para detener la ola morenista, ya lo probó en Saltillo en donde frente a un débil candidato del PRI se pudo “arreglar” a Guadiana y con el PAN bastó un cañonazo de 90 millones (y en abonos) en 2017.
Sin embargo, el hartazgo es evidente y no sólo por lo descarado del régimen, sino por los agravios que se provocaron a diversos sectores de la población en el estado.
Los tiempos del hechizo a los habitantes de este estado ya perdieron sus efectos y un antídoto surge de la suma de todos los agravios y el despertar de una sociedad valiente que defiende los valores y un mejor futuro, no uno endeudado.
Al observar a los animales, nos damos cuenta de que ellos tienen una gran diferencia, y es que nunca permitirán que un incapaz o corrupto guie un día la manada. ¡Qué ejemplo!