Que se ponga en práctica el manual para las elecciones

Cuando seguramente usted lea esta columna, los candidatos a la gubernatura de Coahuila ya habrán iniciado sus campañas para obtener el voto de 2.4 millones de coahuilenses según la lista nominal.

Porque ese es un punto básico del manual de las elecciones: empezar en el primer minuto de este domingo en alguna colonia, alguna plaza o quizá a las afueras de la oficina del partido.

Y el manual indica que todos dirán que son la mejor opción y los salvadores del estado. Que necesitan del apoyo, que van a acabar con la corrupción y que van a ganar el día de las elecciones.

Serán 60 días donde seguramente escucharemos frases de manual, como las del futbolista cada domingo. De un lado, usted sabe quién, dirán que no pueden permitir la entrada de ese color porque representa un riesgo y una amenaza. Del otro, u otros lados, usted sabe quién, dirán que es necesario un cambio y quitar a los mismos que llevan casi un siglo en el poder.

Se hablará de tres temas esenciales: seguridad, economía y deuda. La seguridad será la bandera principal de unos, la deuda será la de otros. Y aunque ninguno hable de los “cómos”, será el pan de cada semana.

La economía, esa que le pega directo a usted y a mí porque no nos alcanza para comprar huevo o poner gasolina, será también un tema. El problema, otra vez, será la profundidad del “cómo”.

El manual dice también que caminarán los mercados, esos en los que nunca compran ni una cebolla. Se subirán a camiones que nunca se suben porque siempre andan en camionetas con chofer. Comerán en las gorditas, los lonches, las birrias o los tacos. Y claro, se tomarán fotografías.

Se subirán a caballos, caminarán en calles enlodadas, estrecharán la mano del campesino, comerán con empresarios o cámaras empresariales, asociaciones civiles a las que después desdeñarán; hablarán en auditorios, tratarán de estar en todos los medios de comunicación, le darán besos a bebés desconocidos, se sentarán a platicar con una abuela de la que después no se acordarán ni el nombre.

El manual también dice que presumirán a su familia: esposa, hijos, nietos. Presumirán su casa o sus mascotas. Dirán que son hombres de trabajo y que están en la política porque quieren un mejor Coahuila para sus hijos.

Se pondrán la playera del Santos, de los Saraperos o los Acereros y prometerán desarrollo en las regiones. Se comprometerán a regresar a ese rincón desconocido o ejido desahuciado.

AL TIRO

¿Ataques? Los habrá. ¿Teorías de conspiración? Las habrá. ¿Fake news? También las habrá. Comenzarán a circular mensajes, páginas, videos, noticias, audios, todo lo necesario para desprestigiar al oponente.

Quien esté abajo dirá frases hechas como “caballo que alcanza gana” o “todo se decide el día de la elección”. Todos tendrán sus encuestas que dirán que van arriba y otros dirán que las encuestas están amañadas, que la verdadera encuesta es el día de las votaciones.

Después de los dos debates programados, el ejército de seguidores de los candidatos se volcará a las redes para asegurar que ganaron el debate, aunque ni debate haya sido.

Unos culparán al Estado de meter las manos en la elección. Otros culparán al Gobierno federal de meter las manos en la elección. Todos hablarán de los programas sociales como herramienta clientelar. “Tomen lo que les den”, recomendarán.

Todos pedirán por un árbitro justo.

Y el día de las votaciones al menos dos candidatos se proclamarán ganadores y los otros acusarán amaño, señalarán que ganó el abstencionismo o que ganaron las dádivas como si ellos no las hubieran dado también.

Que se ponga en práctica el manual.

TE PUEDE INTERESAR: ¿A quién le importan los niños y niñas víctimas del sistema educativo?