Seguridad: un activo
que debe preservarse
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El gobernador Miguel Ángel Riquelme señaló ayer que su gobierno le apuesta al sostenimiento de las políticas de coordinación que en materia de seguridad se han instituido en Coahuila y por ello buscarán su preservación a partir del 1 de enero próximo, cuando asuman funciones los nuevos ayuntamientos recientemente electos.
“La idea es que tengamos treinta y ocho mandos únicos, que estemos coordinados y que sigamos con el mismo esquema, para mantener tranquilo a Coahuila”, dijo el mandatario, al informar que el próximo viernes se sostendrá una reunión de la Comisión de Seguridad del Estado en la cual participarán los 38 alcaldes en funciones y los 38 electos.
“...debemos de mantener la unidad y la confianza, eso es lo que debemos mantener y garantizar: que el primero de enero no hay cambio de políticas públicas, hay cambio de actores, pero tenemos que mejorar cada uno de los municipios”, dijo al explicar el propósito de la citada reunión.
Sin duda es una buena idea que la estrategia de seguridad pública se ubique como una prioridad en la agenda de transición de los gobiernos municipales, pues la coordinación necesaria para mantener la tranquilidad en nuestras ciudades no se improvisa ni se construye de forma instantánea.
En este sentido conviene recordar que en Coahuila ya sabemos lo que implica vivir bajo la amenaza constante de la actividad delincuencial –organizada y no– y esa es una realidad que nadie quiere revivir.
Por otro lado, las amenazas contra la estabilidad de que goza nuestra entidad en estos momento son muy claras y es posible identificar en donde se ubican geográficamente.
La respuesta frente a tales amenazas, como ocurre con cualquier fenómeno de la vida social, es sin duda la estabilidad en la aplicación de políticas públicas que provengan de las mejores prácticas a nivel mundial y/o que hayan demostrado su eficacia.
No cabe duda que en Coahuila se ha seguido un modelo que ha sido eficaz y los resultados de ello pueden medirse a lo largo del tiempo. Siempre será saludable, a pesar de ello, dejar espacio para el análisis y los puntos de vista divergentes.
Discutir la agenda de seguridad, igual que la de cualquier otro tema, siempre será una buena idea si el propósito de tal discusión es identificar las áreas de oportunidad que permitan mejorar los resultados obtenidos, algo que siempre es posible y debe ser un propósito permanente del sector público.
Estabilidad y deliberación ordenada siempre serán un buen binomio y por ello convendría escuchar a quienes tengan ideas divergentes, pues de tales posiciones pueden extraerse elementos para mejorar el modelo actual y sus resultados.