‘tick, tick ... ¡Boom!’/ ‘Procesión’
Aunque desde el fin de semana de su estreno ninguno de ellos están presentes como “Noche de fuego”, de Tatiana Huezo, entre los títulos más vistos de Netflix, son otras dos apuestas para el Oscar
Aunque desde el fin de semana de su estreno ninguno de ellos están presentes como “Noche de fuego”, de Tatiana Huezo, entre los títulos más vistos de Netflix, son otras dos apuestas para el Oscar.
Este es el caso del musical “tick, tick ... ¡Boom!”, ópera prima o primera película como director del genial músico, actor y cantautor de ascendencia puertorriqueña Lin-Manuel Miranda (“Hamilton”; “Moana) y que es nada menos que la adaptación cinematográfica del primer éxito del género a principios de los años 90 en los escenarios de Broadway de la autoría de Jonathan Larson, malogrado compositor musical que no pudo ser testigo del éxito de su más famoso musical “Rent”, por su muerte a causa de un aneurisma a los 35 años de edad así como el largometraje documental “Procesión”, que bajo la dirección de Robert Greene nos presenta el singular método de justicia de un grupo de sobrevivientes de abuso sexual por parte de sacerdotes católicos.
“tick, tick ... ¡Boom!” no podía haber tenido una mejor mano en la dirección de Lin-Manuel Miranda porque es la historia de un compositor musical establecido, como él, en la ciudad de Nueva York con sus respectivos de fama: Jon (Andrew Garfield), quien como muchos otros que llegan a la Gran manzana para triunfar en Broadway, combinan un trabajo como mesero de medio tiempo con la búsqueda de una oportunidad pero en su caso teniendo, además, el reto de que su primera pieza de título por entonces de “Superbia” lo lleve a hacer realidad sus sueños antes de cumplir los 30 años.
Garfield, a quien solo le faltaba demostrar su faceta como cantante luego de verlo con una gran versatilidad histriónica desde representar a “El Hombre Araña” hasta su interpretación merecedora a una nominación al Oscar como lo fue “Hasta el último hombre”, del 2016, bajo la dirección del ganador de la estatuilla Mel Gibson, pero no sólo es él sino el actor que personifica a su amigo Michael (Robin de Jesús, de “Los Chicos de la Banda”) quien en apariencia a diferencia de Jon ha dejado de lado sus propios sueños por la estabilidad de un trabajo en publicidad lo mismo que el trabajo de Lin-Manuel como director, en una historia aspiracional que cautivará, particularmente, a los amantes de disciplinas artísticas como la música, el teatro y el cine.
Por su parte, “Procesión” sorprende desde sus primeras escenas ya que se trata de un sorprendente trabajo de docu-ficción al presentar el bautismo de un bebé en una iglesia católica donde uno de los padrinos repentinamente se hace a un lado con una expresión de repulsión, y es que seis sobrevivientes de abuso sexual por parte de sacerdotes católicos del estado de Missouri en los Estados Unidos se prestan a formar parte de un experimento terapéutico a través del cual, en medio de sus respectivos procesos de llevar a la justicia a los perpetradores de los crímenes cada uno de ellos escribirá el guion del equivalente a un cortometraje para exponer sus casos.
Tomando la estafeta de aclamadas películas de ficción que han sido ganadoras de Oscar (como “En primera plana”, de Tom McCarthy, en el 2016), gracias a su revolucionaria propuesta “Procesión” ya ha sido nominada a los premios de la Crítica y se cabildea para el Oscar al Mejor Documental.
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