Tocar tierra
Tememos a la enfermedad contagiosa. A aquella donde los síntomas pasan desapercibidos.
Tememos a la enfermedad contagiosa. A aquella donde los síntomas pasan desapercibidos. Donde la ignorancia merma las defensas del organismo.
Desde la peste bubónica, el vih, la gripa porcina, de las gallinas y hasta el covid 19, las comunidades exigen respuestas y tratamientos a los investigadores.
Los científicos trabajan contratiempo. Ninguno de los presupuestos alcanza para cumplir las fases de los protocolos.
Cada ola, cada mes en el calendario, redobla el sonido de las campanas de los difuntos.
Para nuestro occidente, los de las primeras líneas, los médicos, ya aprovisionaron las dosis de Tamiflu. En las farmacias se ha incrementado los precios. Surtir las siguientes dotaciones llevará semanas.
El huracán de enfermos tocará tierra. Los sistemas de salud nacionales conocen las llamadas de alerta. Las modificaciones genéticas del Covid 19, de las variantes por regiones y continentes, resultan controlables y crónicas, frente a la influencia.
Mucho más contagiosa, incuba y se desarrolla favorablemente en invierno.
La numerología de enfermos y decesos recalibra los cuidados hogareños.
Ni aislarse ni relajar los cuidados genéricos de limpieza, para la transición del virus, es el freno.
Vamos a encontramos con un problema globalizado. Justo en la cima de las tradiciones judeocristianas. Beber, comer, desvelarse y mal dormir en excesos, son la puerta de entrada. Del Guadalupe Reyes al Reyes Guadalupe, el DNA mexicano dicta la ley trágica de reírnos y torear las enfermedades mortales.
