‘Todos lo pueden hacer, pero nadie mejor que tú’
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El sábado pasado volví a ver la película “Manos milagrosas” la cual narra la extraordinaria biografía Benjamín Carson (1951).
Ben, que creció en un hogar humilde y disfuncional y fue constantemente discriminado por el color de su piel y su pobre rendimiento escolar, es un neurocirujano mundialmente reconocido.
La historia de Ben está repleta de desgracias, pero también de perseverancia, lucha, esperanza y altas miras.
ADVERSIDAD
Desde niño Ben descubrió que los retos y sinsabores que plantea la vida pueden ser fuente de plenitud, tal como Martín Descalzo comenta: “¿Es que la adversidad puede engendrar felicidad? Puede, al menos, engendrar muchas cosas: hondura del alma, plenitud de la condición humana, nuevos caminos para descubrir más luz, para acercarse a Dios”.
La película también muestra la manera en que una persona transforma los talentos que la vida gratuitamente le otorga en generosidad y trabajo fecundo.
Benjamín Carson nació en Detroit, Michigan, el 18 de septiembre del 1951. Su infancia fue realmente azarosa, pues su madre Sonia, al descubrir que su marido tenía otra familia y que vendía drogas, tomó la decisión de divorciarse. Ben tenía ocho años.
Esta decisión tuvo serias consecuencias: sin dinero la vida familiar se tornó paupérrima; para sobrevivir y mantener a Benjamín y a su hijo mayor Curtis, ella tuvo que desempeñar tres trabajos de baja paga. Un problema adicional la atormentaba, pues una fuerte depresión hizo presa de ella.
La familia de Ben no podía ser más disfuncional, perfecto caldo de cultivo para que los niños se convirtieran en pandilleros o terminan a merced de las drogas.
‘GRANDÍSIMO TONTO’
Ben fue el blanco de la burla del salón de clases, situación que se agravaba por su incapacidad de leer adecuadamente. Jamás había sido un buen estudiante; bien sabía que estaba académicamente por debajo de sus compañeros de quinto grado. Inclusive, cuando le pedía ayuda a su madre con alguna tarea, ella se excusaba diciendo que necesitaba gafas, la verdad era otra: ella era analfabeta.
Ante la constante humillación de sus compañeros, Ben llegó a pensar que no sólo era el niño más tonto de la escuela, sino del mundo entero. En síntesis, su infancia fue complicada porque, aparte de la antipatía y exclusión expresada por sus pares, al ser una escuela predominantemente blanca, continuamente era discriminado e ignorado por sus maestros. Ante tantos insultos, paulatinamente, fue desarrollando un temperamento agresivo e incontrolable.
A pesar de todo, su madre constantemente le decía: “Ben, todos lo pueden hacer, pero nadie mejor que tú”.
SALVACIÓN
En una ocasión, estando la madre de Ben haciendo labores de limpieza en la biblioteca de una mansión se quedó admirada por la cantidad de libros ahí reunidos, en ese momento de contemplación, súbitamente entró a la habitación el viejo profesor dueño de esa casa, y entonces la mujer se atrevió a preguntar: “Profesor ¿acaso ha leído todos esos libros?” El hombre contestó: “casi todos”.
Esta breve “epifanía” fue suficiente para la madre de Ben, pues con toda claridad intuyó los pasos a seguir con sus hijos. Así fue como tomó una sencilla, pero trascendental decisión que habría de cambiar el futuro de los niños: decidió condicionarles la televisión, la cual veían desmesuradamente, también se negó a dejarlos salir a jugar hasta que hubiesen terminado la tarea de cada día.
El trato consistió en permitirles ver dos programas de televisión a la semana, pero solamente si habían leído dos libros de la biblioteca pública, para lo cual tenían que escribir las reseñas correspondientes. Los niños protestaron, se inconformaron, pero la madre no cedió. Se mantuvo firme. Esta era la nueva regla del juego.
Al paso del tiempo Ben empezó a disfrutar de los libros y del aprendizaje y al combinar la lectura con la música clásica, gradualmente su imaginación comenzó a despertar de manera genial: empezó a imaginarse siendo doctor y, de alguna manera, se percató que no era estúpido.
En ese lapso un maestro descubrió en Ben un gran potencial lo cual lo animó a seguir superándose y, ante la mirada incrédula de sus compañeros y maestros, pasó de ser el alumno más “tonto del mundo” al más sobresaliente de la escuela; de hecho, se graduó con honores.
Para imaginarnos el nivel de discriminación de esa época, en la graduación una profesora imprudentemente comentó, frente a todo el auditorio, que era una vergüenza que Ben siendo un niño de “color” y perteneciente a una familia disfuncional hubiera superado a todos los estudiantes blancos.
Este suceso provocó que su madre lo cambiara de escuela. En ese nuevo ámbito Ben se empezó a juntar con malas compañías, renació su incontrolable temperamento a tal punto que se volvió agresivo, dejo la lectura y su pasión por la música clásica. Inclusive, llegó a agredir a un compañero, e incluso amenazó a su madre.
Afortunadamente, Ben tomóconsciencia de su comportamiento y volvió a encauzar su vida al estudio.
EJEMPLAR...
Ben recibió una beca para estudiar en la prestigiada Universidad de Yale, donde, en 1973, obtuvo con honores una licenciatura en psicología. En 1977, ahora en la Universidad Michigan, se graduó de medicina, su oficio soñado... ¡Claro también con honores!
A Ben siempre le intrigó los misterios del cerebro y lo poco que se conocía de este complejo órgano, por ello buscó trabajar en el famoso hospital Johns Hopkins, siendo el primer afroamericano residente del área de neurocirugía.
Su excelente coordinación “mano-ojo” y sus habilidades de razonamiento lo convirtieron en un sobresaliente cirujano: para 1982, era el jefe de residentes y luego, en sus treintas, fue nombrado director de neurocirugía pediátrica, lo que lo convirtió en el médico más joven en ocupar ésta posición.
Hoy, Ben Carson es uno de los neurocirujanos más famosos del planeta al ser pionero en desarrollar avanzados métodos quirúrgicos; de hecho, es conocido por realizar operaciones de muy alto riesgo, como fue la separación de gemelos unidos por la cabeza (en 1987, hizo historia al ser el cirujano principal del equipo de setenta personas que realizó exitosamente, tras 22 horas, el complejo procedimiento de separar a los gemelos siameses alemanes Binder, que estaban unidos por la parte posterior de la cabeza).
RESPONSABILIDAD SOCIAL
Ben estableció el Fondo de Estudios Carson, con la finalidad de otorgar becas basadas en logros académicos, también creó el programa “Proyecto de Lectura” con el objetivo de incentivar la lectura a través de la creación de salas especiales en las escuelas.
Carson es uno de los principales médicos y científicos de Estados Unidos y una “leyenda viviente”. Ha sido galardonado con la Medalla Spingarn, el más alto honor otorgado por la Asociación Nacional por el Progreso de la Gente de Color (NAACP) y la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos, la más alta consideración otorgada a un civil en ese país.
Nada mal después de haber sido considerado el niño más tonto de la escuela.
TESTIMONIO
DE SUPERACIÓN
Ben es testimonio de entrega para los jóvenes del mundo entero, él demuestra que, en ocasiones, aquellos que tienen más posibilidades de salir adelante – por la abundancia de los recursos – se quedan en el camino, y los que menos oportunidades tienen para triunfar, terminan asombrando a propios y extraños.
Ben demuestra que todas las personas tenemos un don milagroso el cual hay que descubrir y que el trabajo duro y la fe en Dios todo lo vencen. Su biografía también deja patente que la determinación, el coraje y el amor de una madre impulsan el logro de los sueños de los hijos.
Increíble es también constatar la manera en que la lectura puede transformar la vida de las personas, por eso exhorto a los jóvenes a que, de tiempo en tiempo, apaguen la televisión, video juegos, el Internet y las redes sociales para regalarse oportunidades de vida mediante la lectura.
En este contexto, recomiendo estos libros de Ben: “Gran Panorama”, “Manos Prodigiosas”, “Piensa en Grande” y “You Have a Brain: A Teen’s Guide to Think Big”. Claro también es recomendable la película “Manos Milagrosas”.
Indudablemente, el mensaje que frecuentemente le decía la madre del protagonista de esta historia: “Ben, todos lo pueden hacer, pero nadie mejor que tú”, tiene el milagroso poder de transformar para bien la vida de un hijo, dado que contiene el amor eterno e incondicional de una madre (y de un padre), así como la inconmensurable grandeza de lo que significa un ser humano.
cgutierrez@tec.mx
Programa Emprendedor
Tec de Monterrey Campus Saltillo