Una salida para Ucrania

La guerra en Ucrania parece encontrarse en un punto muerto, Rusia sigue avanzando pero a paso muy lento, Ucrania resiste, pero tiene que enfrentar los efectos negativos de la guerra en su territorio, el flujo de ucranianos sigue dirigiéndose a otros países, Estados Unidos y sus aliados solo han logrado imponer castigos económicos, que no parecen haber afectado letalmente a Rusia (aunque sí lo resienten) y el mundo experimenta un alza en combustibles y alimentos que afecta a todos los habitantes del planeta.

Queda claro que en este punto de la historia todo el mundo está perdiendo, Estados Unidos se ha visto incapaz de frenar a Rusia, la economía rusa está siendo castigada pero siguen empecinados con la guerra, Ucrania tiene una parte de su territorio destruido y desmembrado, los países aledaños a Ucrania enfrentan una ola de migración y los efectos negativos están impactando en la economía del resto de los países. Quizá el único país que se puede decir que gana con todo esto es China, pero incluso dicha afirmación es discutible.

Quizá un aspecto que esté deteniendo la salida al conflicto es que ningún país, sobre todo los principales involucrados como Rusia, Estados Unidos y Ucrania quieren verse como los grandes perdedores del conflicto.

Pero a pesar de ello, lo realmente importante es buscar ya una salida realista y rápida al conflicto, que le devuelva la paz a Ucrania, que haga posible el retorno de los miles de refugiados, que no le cueste a dicha nación parte importante de su territorio o libertad, que genera una estabilidad en Europa, que evite conflictos futuros y que contribuya a la nivelación de la economía mundial.

Para ello se requiere altura de miras de los distintos presidentes y primeros ministros de todas las partes involucradas, o bien, aquellas que puedan servir como mediadoras, para comprender que de continuar la guerra todos terminamos perdiendo y mientras más pase el tiempo los efectos negativos se harán más fuertes; por ende, el único camino racional es sentarse a negociar con actitud de apertura, para construir una posible salida pactada a este embrollo.

La historia puede recordar al conflicto de Ucrania como una lucha de intereses mezquinos, o bien, se puede centrar en una salida negociada en favor de la paz global, en donde las grandes potencias pensaron primero en el bienestar común.

Sin duda las negociaciones no serán sencillas, existen demasiadas aristas a considerar, pero se debe ir trabajando en ellas, porque todos los días que continúa el conflicto se pierden vidas, las familias dejan atrás a sus seres queridos, hay pérdidas materiales, se merman los ingresos de las personas y se pierde la confianza en las instituciones internacionales para resolver conflictos.

No se puede predecir el final de la guerra, sobre todo porque, como se mencionó al inicio de este texto, la misma parece encontrarse en un punto muerto, sin embargo, aquí es donde debe destacarse la altura de los verdaderos líderes globales, en dar pasos adelante en favor de la paz.

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