¿Y cómo fue tu día hoy?
COMPARTIR
Los días terminan de distintas maneras. ¿A poco no? Anoche terminé frente a un micrófono en un estudio de grabación, y no, no canto.
Los días terminan de distintas maneras. ¿A poco no? Anoche terminé frente a un micrófono en un estudio de grabación, y no, no canto. Aún no. Hoy termino aquí en mi lugar de no hacer nada, escribiendo. Anoche terminé exhausta. Hoy termino contenta. A veces termino el día con un sentido ambivalente o indiferente, o francamente triste. Hay días que acabo envuelta en preocupación y con la tripa hecha nudos. El domingo terminé el día fraguando una venganza que jamás llevaré a cabo. Bueno, eso digo. Un empujoncito más e igual y sí.
A la pregunta, “¿Cómo fue tu día hoy?”, tiendo a contestar, “Bien”. Así como generalmente lo hacemos. La verdad es que esa nunca es la respuesta real, pero hay pocas personas a quienes les contaría todo lo que me puede suceder en un día cualquiera, y la gama de emociones y experiencias internas que acompañan mis horas. Entonces digo que estuvo “bien” el día y espero con ansias un cambio de tema. “¿Qué hiciste hoy?” es una pregunta más fácil. Puedo narrar partes del día sin comprometerme en lo más mínimo a compartirme de manera íntima.
La verdad es que me gusta compartirme, y si me preguntas, “¿Cómo te fue hoy?”, tengo ganas de contarte que me sentí cansada, perdida, alegre, preocupada, sola, agobiada, realizada, etc. Pero realmente no creo que me quieras escuchar eso. Creo que quieres escuchar, “Bien”. Y yo nunca estoy simplemente “bien”. Perdón, ya sé que complico la vida un poco más allá de lo necesario. Pero, dime, ¿acaso tu vida carece de esa complicación?