Países con menos gases contaminantes son los más amenazados
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Los habitantes de minúsculos estados como Tuvalu, Kiribati, Samoa o Vanuatu, cuya contribución al calentamiento global es ínfima, ven cómo cada año el océano, lento pero implacable, gana unos cuantos centímetros a sus tierras.
Manila, Filipinas.- Las islas del Pacífico Sur, que figuran entre los países que menos gases contaminantes emiten a la atmósfera, viven el paulatino aumento del nivel del mar por el calentamiento global con verdadera angustia porque amenaza directamente su existencia.
Los habitantes de minúsculos estados como Tuvalu, Kiribati, Samoa o Vanuatu, cuya contribución al calentamiento global es ínfima, ven cómo cada año el océano, lento pero implacable, gana unos cuantos centímetros a sus tierras.
Las viviendas, campos de cultivo y las infraestructuras de estas naciones, que han vivido siempre del mar, están concentradas en las zonas costeras.
La subida del nivel del Pacífico ya se ha cobrado sus primeras víctimas, de momento sólo tierras deshabitadas como las dos islas del archipiélago de Kiribati que han sido engullidas por las aguas en la última década.
Las 105.000 personas que pueblan esta pequeña nación formada por 33 atolones y una isla volcánica tienen asumido que su nación desaparecerá un día, en menos de 50 años si se cumplen las previsiones más pesimistas y el nivel del mar sigue su imparable subida de los últimos años.
El presidente del país, Anote Tong, anunció sin ningún tapujo el año pasado que Kiribati desaparecerá de los mapas tarde o temprano e inició una gira internacional para hallar una nación de adopción para sus conciudadanos.
En parecida situación se encuentran las Islas Marshall, cuyo principal territorio, Majuro, ha perdido el 20 por ciento de su superficie de playa.
La franja costera se reduce pese a los esfuerzos de los lugareños, que han construido diques para contener el inexorable avance del océano.
Un trabajo que seguramente sea vano porque el Gobierno advierte de que la tierra escasea y mantener en pie esos muros, en parte construidos con basura importada desde Estados Unidos, cuesta más que el presupuesto anual de todo el país.
Las islas volcánicas de Samoa también padecen los efectos del cambio climático con el desvanecimiento de los arrecifes de coral de sus costas, que servían de escudo natural ante la erosión y la invasión de las aguas.
"Quizá seamos las primeras víctimas de este fenómeno, pero vuestro turno llegará más tarde, les tocará a vuestros hijos o a vuestros nietos si no hacemos algo para solucionarlo", advierte a las economía más desarrolladas la climatóloga samoana Penehuro Lafale en el documental Rising Waters.
Algunas de las mayores urbes del sudeste de Asia, como Manila o Yakarta, se encuentran también amenazadas por el cambio climático, aunque no están en peligro de desaparecer.
La organización ecologista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) advierte de que estas metrópolis "necesitan ayuda urgente para adaptarse y proteger la vida de millones de ciudadanos" y evitar los desastrosos efectos económicos de las catástrofes naturales.
El informe sobre cambio climático del WWF revela que Asia es el continente más vulnerable por su alto riesgo de catástrofes naturales, unido a una "capacidad de adaptación relativamente baja".
En ciudades como Manila, que acabó sumergida en un 80 por ciento hace apenas dos meses por las copiosas lluvias que descargó el tifón "Ketsana", el chabolismo ha sido identificado por expertos como la principal causa del gran número de víctimas que se cobran estos fenómenos.
Las urbes del sudeste asiático en mayor riesgo son Manila y Yakarta,, Phnom Penh, la vietnamita Ho Chi Minh y Bangkok, según una escala elaborada por el WWF.
"Las ciudades en mayor peligro como Manila o Yakarta necesitan el apoyo urgente del mundo industrializado, la adaptación a corto y a largo plazo dependerá del apoyo financiero, de la cooperación tecnológica y de la capacidad de construcción", subraya Kim Carstensen, portavoz de WWF.