"Para mí, el premio FIL aún se llama Juan Rulfo"
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En silla de ruedas, debido a que unas horas después sería ingresado en el hospital para ser intervenido por segunda ocasión en 15 días, el escritor Fernando del Paso fue recibido con aplausos, tras ser declarado ganador del Premio FIL de Literatura 2007 (dotado con 100 mil dólares y al que se presentaron 35 propuestas), aunque dijo que lo aceptaba "con el nombre original", con el de Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.
Vestido con un traje color mostaza y con una frazada en las piernas, el escritor explicó que el que se haya convocado con otro nombre no es su asunto. "No creo que haya ningún abogado que me diga: `oiga usted no puede decir eso', no creo que nadie se atreva a decirlo. Si hay alguien aquí que quiera decir algo, que lo diga ahora o que calle para siempre".
Considerado por el jurado un escritor que ha producido una "obra monumental en la que convergen los modelos literarios de Juan Rulfo y Juan José Arreola, y que dialoga con la tradición de la novela histórica latinoamericana", Del Paso dijo que le parece absurdo que 15 años después de que se entregaran, año con año, los premios con el nombre Juan Rulfo, el de Monsiváis (el año pasado) y el suyo ya no lo tengan.
"Se instituyó con ese nombre, todo mundo lo aprobó, incluyendo a su viuda y sus hijos, y durante 14 años nunca dijeron nada, nunca hubo una protesta. de todos los premiados con este galardón, y con excepción de Juan José Arreola, yo fui el más amigo de Juan Rulfo, el que más lo conoció. También conocí a sus hijos desde muy pequeños, les tengo cariño, pero eso no evita que me parezca muy absurdo que 14 años después se den cuenta de que no quieren que este premio se llame así. Eso lo pudieron haber dicho antes de que se usara".
Acompañado por algunos integrantes de su familia, el autor de "Noticias del Imperio" aclaró que puede caminar. "No estoy lisiado", pero sí convaleciente entre dos operaciones, la segunda de las cuales se le practicaría anteayer, pero le fue reprogramada para ayer, por lo que "me verán dentro de poco tiempo andando", cuando reciba el galardón en la 21 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en noviembre.
Fernando del Paso declaró que no ha escrito nada de lo que se arrepienta, ni en la novela ni en la prensa. "En periodismo dije muchas cosas que no diría ahora, pero eso es otra cosa. Fue otro Fernando del Paso el que lo dijo, tenía otra edad y otra forma de pensar. Los tiempos cambian, uno cambia y todo cambia".
No se afrenta de su producción literaria, y de su novela "José Trigo", aunque sea una obra casi inaccesible y sumamente espesa, tiene una disculpa: a los 27 años, cuando la escribía, le diagnosticaron cáncer y pensó que iba a vivir dos o tres años, entonces "quise embutir en esta novela -es un gran embutido- todo lo que pude, todas las palabras, todas aquellas que conocía y también las que iba aprendiendo y las que pescaba en los diccionarios... no me arrepiento de haberla escrito".
Tampoco reniega de "Palinuro de México", que es su obra favorita por su gran contenido autobiográfico, y menos aún de "Noticias del Imperio", una novela que tuvo en proyecto casi 20 años y que comenzó a escribir por lo exótico, surrealista y macabro del tema, que a poco se convirtió en una obra literaria antiimperialista y de protesta que "está alimentada con muchos datos duros de la historia que nadie pone en duda, y otros que sólo son percepciones y opiniones sobre la historia. Lo que quería hacer era un ejercicio poético sobre el abuso del poder".
El galardonado opinó que todas las novelas, sean malas o buenas, enseñan algo. Las históricas, por ejemplo, retratan la época en la que se desarrollan: uno de los más claros ejemplos es "La Comedia Humana", el inmenso corpus literario de Balzac, indicó.
El 24 de noviembre, durante la ceremonia de inauguración de la FIL, se le entregará un premio que no llevará el nombre de Juan Rulfo, aunque a Del Paso le parezca absurdo que la familia haya entrado en disputa, pues "el criterio para premiar a alguien se le deja al jurado y éste es el responsable de a quién premia y a quién no. Ese criterio no lo debe ofrecer el público o la familia Rulfo, ni siquiera los no premiados; solamente se debería dar en pláticas de familia".