Piden 40 años de cárcel para el jefe torturador de los Jemeres Rojos
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Phnom Penh, Camboya.- La fiscalía del tribunal internacional auspiciado por la ONU para el genocidio de Camboya ha pedido hoy una pena de 40 años de cárcel para el jefe torturador del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, alias Duch y ex director del centro de torturas de la organización maoísta.
Duch dirigió entre 1975 y 1979 la prisión secreta de Tuol Sleng, también conocida como S-21, por la que pasaron al menos 12.273 camboyanos antes de ser ejecutados allí mismo o en los campos de extermino de Choeung Ek, a las afueras de la capital.
El fiscal William Smith ha asegurado que "ante estos crímenes, el punto de partida debería ser la cadena perpetua" pero optó por "una reducción a un número fijo de años". Smith ha propuesto primero una pena de 45 años, que luego ha rebajado en cinco años tras tomar en consideración como atenuantes la cooperación "limitada" del acusado, su aceptación de responsabilidades, su arrepentimiento y los posibles beneficios que esa actitud puede tener para la reconciliación nacional.
Profundo arrepentimiento
Duch, de 68 años, fue capturado en mayo de 1999 y reclamado en julio de 2007 por el tribunal internacional. Tuvo la primera audiencia pública en noviembre de 2007. Esta es la última semana de juicio y el torturador ha defendido hoy su "más profundo arrepentimiento" por los crímenes que se le imputan y su perdón a las víctimas ante el tribunal internacional que le juzga por crímenes contra la humanidad.
"Mi arrepentimiento lo muestra la plena y sincera colaboración que mantengo con esta corte desde hace 10 años", ha dicho el acusado. Duch ha respondido así a la fiscalía. Las víctimas y sus familiares han puesto en duda la sinceridad de su arrepentimiento y le achacan no haber dicho toda la verdad ni haber asumido toda la responsabilidad en los hechos acontecidos en la prisión secreta de Tuol Sleng. Sin embargo, Duch ha asegurado hoy: "Soy responsable, y lo seré siempre, de la muerte de las 12.273 personas".
El fiscal ha pedido a los jueces que al emitir su sentencia tuvieran en cuenta la naturaleza de los crímenes, la extensión del impacto entre las víctimas y el grado de implicación del acusado y reclamó que se tomen en consideración agravantes como el abuso de poder, la crueldad y la indefensión de las víctimas.
La fiscalía ha detectado varios delitos tipificados como crímenes contra la humanidad: asesinato, exterminio, esclavización, violación, persecución por razones políticas, religiosas o étnicas y trato inhumano. También ha identificado violaciones de la Convención de Ginebra como el confinamiento de población civil, el maltrato a prisioneros de guerra, el asesinato y la tortura.
Casi dos millones de camboyanos murieron a causa de la hambruna, enfermedades y las purgas políticas ordenadas por el régimen maoísta de Pol Pot entre 1975 y 1979. Todavía deben ser juzgados Khieu Samphan, ex presidente de la República Democrática de Kampuchea; Nuon Chea, hermano número dos e ideólogo de la organización; Ieng Sary, ex ministro de Exteriores; y su esposa Ieng Thirit, ex titular de Asuntos Sociales. Pol Pot murió en la jungla camboyana en 1998, cuando los Jemeres Rojos estaban al borde de la desaparición por las deserciones y luchas internas.