Que las comidas no sean una penitencia
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Una de las tradiciones de la Cuaresma es no consumir carne de puerco o res los viernes durante los 40 días que se prolonga. Dejar de lado estos alimentos no debe representar un sacrificio, ya que incluso contribuirá a que la dieta se haga más diversa.
De acuerdo con la religión católica, esta época tiene esa duración específica pues es el tiempo que Jesús estuvo en el desierto, previo a su crucifixión.
Quizá convenga hacerse un examen de laboratorio que revele qué tan altos o bajos están los niveles de azúcar, triglicéridos y colesterol. Después, es preciso buscar asesoría para nivelar o mantener en orden dichos índices.
El nutriólogo, bioquímico y divulgador de la ciencia, Erwin Möller en su libro "La Comida que Salvará su Vida. Los 100 Alimentos Esenciales", recomienda algunos que podrían consumirse para enriquecer nuestra dieta.
Aliados en la figura
El atún es excelente, más aún si se come el que viene enlatado en agua o natural y si se prepara sin mayonesa. La calificación de este alimento (en una escala del 1 al 10) es de 8.73.
De su hígado se extrae un aceite similar al del bacalao, rico en vitaminas A, D y ácidos grasos omega 3. Entre sus virtudes está que es bajo en calorías y apto para diabéticos e hipertensos.
En Estados Unidos lo llaman "el pollo del mar" ya que sus cualidades nutricionales son muy similares: las dos son altas en proteínas y bajas en grasa (pero sólo si se come el pollo sin piel y el atún en agua).
En el aspecto vitamínico, el pollo tiene más ácido fólico y vitaminas B2 y B5, pero el atún lo aventaja en las B1, B3, B6 y B12; asimismo, la carne de atún provee vitamina D, de la cual el pollo no tiene ningún porcentaje.
Una desventaja que puede tener el atún es el colesterol.
Sin embargo el que tiene no supera al de las carnes rojas, el pollo, el huevo y el hígado. El atún sólo podría ser perjudicial para alguien que tiene muy elevados índices de colesterol en la sangre.
Para quien desea adelgazar, el atún enlatado en agua es la opción porque aporta sólo 145 calorías por cada 100 gramos; el que lo está en aceite contiene 197 calorías, ya escurrido.
Camarones y ostiones
¿Cuántas veces no se le ha hecho agua la boca por sólo ver una copa con un coctel de camarones y ostiones? Pero a la par pensamos, ¿cuánto colesterol añadiré a mi cuerpo?
El nutriólogo explica que no todo lo que se piensa en cuanto a los mariscos es cierto, aunque sí hay ciertos inconvenientes.
A diferencia de las carnes rojas, el camarón es una magnífica fuente de proteína completa con casi nada de grasa. Esto se traduce en bajo contenido calórico y un elevado poder nutricional; un alimento ideal para quien está a régimen.
Son una buena fuente de vitamina B3 y una docena de ella satisface la necesidad de vitamina B12. Ofrecen buena calidad de calcio, potasio, fósforo y cobre, pero destacan más en selenio y yodo.
Quienes no sufren de alergia a los camarones le ven como defecto el contenido de colesterol. Aunque no es tan elevado como se piensa, sí es un poco más alto que el de las carnes de res y puerco. Si come habitualmente esta carne, el consumir camarón no hará ningún daño.
No obstante, para que el colesterol malo aumente se requiere de grasa saturada, y los camarones son increíblemente bajos en grasa (menos de dos gramos por docena).
Más digna de temor es su abundancia en sodio cuando se comen empanizados o capeados, que elevan una docena de éstos a 450 miligramos contra los 159 de los que están simplemente cocidos. Esto deben tenerlo en cuenta quienes retienen líquidos o padecen hipertensión.
Si no se abusa y se preparan con poca sal (para que no eleve la presión arterial), son benéficos. Por todo lo anterior, el camarón tuvo una calificación de 7.55.
Por otro lado, el ostión es un sensual manjar que se ha vuelto poco sano. No son tan ricos en proteína como las carnitas, pero la que contienen es tan alimenticia como las anteriores, con el beneficio adicional de que están desprovistos de grasas y tienen 30 por ciento menos colesterol.
Los ostiones superan a las carnes rojas en contenido de vitamina B12, lo cual no es malo porque se almacena en el hígado para tiempos de escasez. Contienen un poco de vitamina C y mucho hierro, tanto o más que un filete de ternera o cuatro huevos de gallina.
Una desventaja es su contenido de colesterol, pero sólo para quienes se cuidan de no elevar los niveles. Otra es que es muy probable que los ostiones estén contaminados con gérmenes patógenos y/o metales como el plomo y el mercurio.
La fama de ser afrodisiacos la tienen bien ganada, ya que estimulan la producción de fluido seminal en el hombre y al parecer elevan la libido y la potencia sexual. Lo cierto es que el zinc que contienen favorece el buen funcionamiento de la próstata. El ostión tiene 7.21 de calificación.