Reabren templo del siglo XVIII en SLP
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Un incendio en julio de 2007 afectó la estructura del templo Santa María Acapulco
San Luis Potosí.- A tres años del incendio provocado por un rayo que casi acaba con el templo del siglo XVIII de Santa María Acapulco, en San Luis Potosí, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que ha recuperado el 80 por ciento de la arquitectura del edificio.
El inmueble es considerado joya de una ruta misional franciscana y el centro de congregación más importante del pueblo xi'oi, en la sierra potosina.
Luego de un trienio de intensos trabajos de restitución y restauración arquitectónica, dirigidos por la arquitecta Begoña Garay, del Centro INAH-San Luis Potosí, a finales de 2009, el templo pame fue reabierto al culto este año.
El INAH logró terminar la reposición total de su característico techo de palma de dos aguas, así como del coro, quedando pendiente la elaboración del artesonado, que comenzará en el segundo semestre.
Para rememorar el siniestro ocurrido la madrugada del 1 de julio de 2007, esta mañana la comunidad pame realizó una celebración religiosa para bendecir el santuario y agradecer su recuperación arquitectónica.
Los indígenas elaboraron alimento ritual, consistente en un tamal de gran tamaño que se repartió entre los asistentes.
Durante la ceremonia a la que asistieron autoridades tradicionales y municipales, así como del Centro INAH-SLP, la arquitecta Garay informó a la comunidad los avances en la recuperación arquitectónica del inmueble colonial, en el que se han invertido alrededor de 20 millones de pesos, además del inicio de la rehabilitación del curato mediante el Programa de Empleo Temporal (PET) .
En lo que respecta al techo, comentó que éste quedó totalmente terminado, luego de que su elaboración inició en 2007, conforme a las tradiciones y los ciclos temporales de los pames, cuyo procedimiento implicó la recolección de maderas propias de la región (palo blanco y amarillo) y la palma.
'Este año se terminó de colocar la cubierta hecha con hojas de palmera y se agregó una cumbrera de junco para reforzar la protección del santuario de las lluvias, además, desde septiembre del año pasado fue colocado un pararrayo, en un sitio cercano de una altura mayor a la del santuario.
'El pararrayo está colocado a 30 metros y cubre un radio de 60 metros de circunferencia respecto al templo; trabaja con el sistema faragaus de doble acción, que hace que la descarga eléctrica de los relámpagos sea absorbida por la tierra e impide rebotes de energía', comentó Garay.
Además, dijo, cuenta con un sistema que registra la frecuencia con que caen rayos en las temporadas de lluvias, lo que ayuda a tomar medidas preventivas. El pararrayo fue aportado por los gobiernos estatal y municipal, a solicitud del INAH luego de analizar cuál es el sistema más adecuado para Santa María Acapulco.
Garay destacó que durante las precipitaciones del año pasado funcionó sin registrarse incidentes.
En lo que se refiere al coro, elaborado también con maderas de la región que igualmente se tuvieron que cortar y preparar de acuerdo a la costumbre pame, la especialista del INAH explicó que fue restituido totalmente mediante dos pilares y un travesaño de ocho metros de largo colocado de manera transversal a la nave.
A la madera del coro, abundó, se le aplicó una capa de aceite de linaza e insecticida, y posteriormente se le aplicará cera para su conservación.
La especialista destacó que el coro se trabajó siguiendo la información visual obtenida de fotografías del original, conservadas en el archivo municipal, y las cuales dieron una referencia clara del espacio, siendo indispensables para colocar todas las partes que integraban el coro respetando sus formas originales.
Respecto al curato, Garay informó que su restauración se encuentra en proceso a través del trabajo de 18 personas contratadas por el PET, que realizarán las labores en 11 semanas.
'Se trata de una edificación anterior al templo de Santa María Acapulco, posiblemente construido en el siglo XVII, pero que forma parte del mismo conjunto arquitectónico', comentó.
La restauración del curato comprende la restitución del techo elaborado con un sistema tradicional de doble envarado, con madera y cubierta de junco, caracterizado por sus dos aguas; así como la conservación de los muros, hechos de vara con piedra insertada.
También serán reintegradas dos puertas, elaboradas en madera de forma artesanal, una de las cuales ya fue colocada, mientras que la otra esta en proceso de elaboración.
Otra tarea que se lleva a cabo con el PET es el arreglo del muro de 120 metros de largo que rodea tanto al templo como al curato, elaborado con piedra sobrepuesta.
Garay detalló que la elaboración del artesonado, que se planea iniciar en el segundo semestre del año, requerirá por lo menos 12 meses, los cuatro primeros para cortar y preparar la madera, y los ocho siguientes para armar arcos y colocarlos a 10 metros de altura.
El artesonado explicó que es importante para la conservación del templo porque representa un sistema de doble techo que regula la temperatura del interior del santuario de manera natural.
En la ceremonia de conmemoración del rayo que incendió el Templo de Santa María Acapulco, la comunidad pame agradeció al INAH el trabajo desarrollado para su recuperación, así como de la labor de restitución de los bienes muebles que aún continúa en proceso.