Reconocen su récord... 73 años después
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La atleta alemana, Gretel Bergmann, rompió en 1936 la marca nacional en salto de altura, sin embargo, el régimen nazi borró la proeza de los anales del deporte teutón
La justicia tardó más de 73 años en llegar para la atleta teutona, Gretel Bergmann, quien en 1936 batió el récord de salto de altura de su país, pues, hasta hoy, la Federación Alemana reconoció de manera oficial la marca que fue negada por los nazis y que marginó a la competidora de participar en las olimpiadas.
Y es que, un mes antes de que iniciaran los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, el 30 de junio, Bergmann, quien entonces tenía 22 años, consiguió la marca nacional de salto de altura al dejar el listón en 1.60 metros, sin embargo, el régimen nazi le negó la posibilidad de competir en las olimpiadas por su origen judío.
La sorpresa que causó que Bergmann rompiera la marca llevó a los nazis a desconocer el récord y borrarlo para que no quedara en la historia del deporte alemán, además de que dos semanas después de conseguir la proeza, las autoridades deportivas le enviaron una misiva para informarle que su nivel era "insuficiente para competir internacionalmente".
De esta forma, la atleta quedó fuera de las olimpiadas y su lugar fue tomado por su compañera de cuarto, Dora Ratjen, quien después se descubrió que era, en realidad, un hombre.
"En su 45º congreso, la Federación Alemana decidió reconocer como récord alemán la actuación de Gretel Bergmann en 1936", indicó el presidente de honor de la federación, Theo Rous, a una agencia informativa.
"Sabemos que eso no puede ser una reparación, pero es moralmente un gesto importante y un acto de justicia que debe gustarle", indicó Rous, "la campeona había sido seleccionada para los Juegos Olímpicos de Berlín, pero como era judía, el poder nazi decretó que sus actuaciones eran insuficientes".
La Federación Alemana decidió reabrir el caso debido a la película `Berlín 36', que dirigió el alemán, Kaspar Heidelbach, por lo que le enviarán Bergmann, de 95 años, que vive en Nueva York bajo el nombre de Margaret Lambert, una carta para informarle la decisión tomada.
Actualmente, el récord del mundo en salto de altura, que es de 2.09 metros, pertenece a la búlgara, Stefka Kostadinova.