Se pronuncian por erradicar la violencia en estadios
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<strong>Guadalajara, Jalisco</strong>.- Con una larga tradición familiar en el espectáculo deportivo, el futbol mexicano es víctima de violencia en los estadios, generada por jóvenes agrupados en las famosas barras que irrumpieron en el escenario en 1994.
Voces del medio futbolístico advierten sobre el riesgo de que los estadios se conviertan en espacios donde la convivencia familiar no tenga lugar, y sea llenado por grupos de aficionados violentos, como sucede en países como Argentina, Brasil e Inglaterra.
En entrevista con Notimex, el director técnico de Chivas de Guadalajara, Efraín Flores, es tajante en condenar la violencia en los estadios: "Es reprobable que por gente violenta se afecte un espectáculo que siempre ha sido familiar".
En su opinión, la violencia en los estadios debe ser erradicada para evitar que pasen sucesos lamentables como los que han ocurrido en Europa o Sudamérica, dónde la rivalidad entre los equipos ha llegado a cobrar la vida de aficionados.
Consideró que las barras, que llegaron a México en la década de los 90, tienen en sus integrantes gente violenta que muchas veces no refleja el sentir de la mayoría de los aficionados que asisten a un estadio, donde van "desde el abuelo hasta el nieto".
Con la influencia de directivos argentinos en los niveles más altos de los clubes mexicanos, a partir de los 90 se fomentó la creación de las barras que, a través de cantos y comportamiento de sus aficionados, convierten la pasión por el futbol en violencia.
A su vez, el investigador Erick Fernández expresó que desde hace tiempo las porras mexicanas han tenido su propia identidad y una gran creatividad, "pero fueron opacadas por la espectacularidad y colorido de las barras que llegaron a México".
El especialista en sociología por la Universidad Iberoamericana sostuvo que las barras son la expresión de sentimientos, identidad, ideología y amor a un equipo, agrupados bajo un fenómeno representativo de la época contemporánea, llamada "hincha futbolera".
En México empezaron a tomar fuerza las barras en 1994, cuando el argentino Andrés Fassi, actual director deportivo de Pachuca, creó la "Ultratuza", del equipo hidalguense, con la participación de más de mil aficionados y una decena de cánticos de apoyo a su equipo.
A partir de entonces surgieron 'Barra 51', del Atlas, famosa en Guadalajara por protagonizar hechos de violencia; 'Legión 1908', de Chivas; La Monumental, del América; 'Rebel', de Pumas, "Perra Brava" de Toluca, entre otras.
El líder de la 'Legión 1908' de Chivas, Luis Felipe Martínez, explicó a Notimex que la violencia en los estadios es un fenómeno que creció a raíz de las barras, "por una competencia de quién anima más a su equipo y cuál tiene más acreditados".
Comentó que la búsqueda de los jóvenes por tener una identidad los conduce a agruparse en las barras, "fenómeno social que también irrumpe de manera desmedida en escuelas y barrios, que ya nada tienen que ver con el futbol, ni siquiera con apoyar a sus colores".
Reconoció que los integrantes de las barras más conflictivos son menores de edad, quienes representan entre 50 y 60 por ciento de los grupos de animación.
"Lo que se observa al concluir los encuentros de futbol son grupos de jóvenes a las afueras de los estadios, que por simple diversión acorralan a solitarios seguidores del equipo contrario para agredirlos y llevarse su casaca como trofeo", comentó.
A su vez, Juan Carlos Pacheco, joven integrante del grupo de animación "Barra brava" del Atlas, dijo en entrevista que es un error de la gente pensar que las barras son sinónimo de violencia.
"Es una forma de vida, nos juntamos para organizar conciertos de rock, programas de radio, diseño de páginas de internet, inventar nuevos cánticos y jugar futbol", explicó.
Añadió que en las barras coexisten miembros de toda índole social. "Te vas a encontrar señores que les tocó ver cuando Atlas fue campeón en 1951, hasta punketos, rockeros, darks, reguetoneros, fresas y chavos de varios lugares del interior del estado", refirió.
Para el goleador argentino de Atlas, Bruno Marioni, la violencia en los estadios del futbol mexicano es un problema mucho menor comparativamente con otros países como Argentina, donde la convivencia familiar ha sido excluida de las gradas.
Aseguró que las barras son un sentimiento muy grande de los aficionados que despierta pasión, pero que no debe de degenerar en hechos violentos tanto en el interior de los estadios como en sus alrededores.
El defensa central de Chivas, Héctor Reynoso, se pronunció porque las autoridades, junto con la Federación Mexicana de Futbol (FMF), controlen de manera eficaz la violencia en los estadios.
Esto, para evitar que un espectáculo de tradición familiar derive en hechos que no favorecen al futbol profesional.
En tanto, el investigador Erick Fernández dejó en claro que en México todavía se vive un ambiente familiar en las tribunas, muy lejos de lo que sucede en otros países, donde la violencia en los estadios es un fenómeno hasta ahora muy difícil de erradicar.
"Afortunadamente, en nuestro país el futbol sigue como un espectáculo familiar, que si bien coexisten las barras, no por ello se deben excluir, sino convertir a los estadios en verdaderas tribunas democráticas", resaltó.