Con calenda celebran 10 años de cultura y gastronomía
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Las Delicias de mi General llegó a su décimo aniversario, y lo hizo con una procesión espiritual y festiva por las calles del Centro Histórico
El sábado por la tarde, mientras un contingente bajaba, como Agustín Jaime, por la calle de Bravo, en conmemoración de los diez años del restaurante Las Delicias de Mi General, una amable lluvia cayó sobre Saltillo, “como una muestra de abundancia, yo creo, que Dios no se equivoca, ni el universo. Estuvo muy padre, estoy muy contenta”, comentó para VANGUARDIA la dueña del negocio, Ivonne Orozco.
Esta calenda en la que desfilaron con los tradicionales monos oaxaqueños, Orozco la organizó como una forma de agradecer y de seguir recordando sus raíces.
“Mi mamá era oaxaqueña, tengo treinta años viviendo en Saltillo, es una ciudad que me ha dado tantísimas cosas. Entonces era como agradecer, pero también no olvidar de dónde vengo, porque allá es otra música, otras costumbres. Vino mi familia desde Oaxaca a dejarme los monos, y salimos del Ojo de Agua porque ahí nació la ciudad”, mencionó.
“Cuando llegan los españoles traen la mojigangas a México, y la gente en Oaxaca es muy pequeñita, morenita. Entonces cuando sacaban estas mojigangas para sus fiestas, a lo mejor por no sentirse humilladas, con los elementos que tenían en su entorno, crean estos monos gigantes y de ahí parte la tradición, de hacer la fiesta, de bailar y juntarse para demostrarle a los españoles que también aquí había esa grandeza, ese baile y esa fiesta”, agregó respecto al origen de esta tradición.
El sitio no solo ha abierto sus puertas a la comida tradicional del sur y de la región —con un proyecto pendiente de concluir que busca darle difusión a la cocina de los ejidos coahuilenses—, sino también al arte y la cultura. Lo refrendó con este evento, y continuará haciéndolo, a través de su participación en el Festival de la Mariposa Monarca, que iniciaron hace un año, y otras iniciativas.
“Estuvimos a punto de cerrar en enero pasado, estuvo muy difícil, somos un pequeño restaurante que no tenemos socios, somos familia. Tenemos otro en la sierra, entonces estábamos muy colapsados, y la decisión fue seguir luchando y estar hoy de pie, trabajando con el equipo, con 20 personas, dando empleos”, concluyó la también gestora cultural.