‘Pasiones’: De frente ante la juventud del propio arte
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La exposición anual de Alejandro Cerecero en la Taberna el Cerdo de Babel parte de una serie que realizó hace 30 años y que le permite reflexionar sobre su propia obra
“Enfrentarte con tu juventud es difícil”, dice Alejandro Cerecero al pensar en su más reciente exposición “Pasiones”, una especie de remake de una serie que realizó en 1991 en el antiguo Centro de Artes Visuales del Estado, y gracias al cual reunió obras de distintas etapas de su carrera.
Inaugurada en la Taberna el Cerdo de Babel —y parte de los festejos por su 17 aniversario— el pasado sábado, la muestra cuenta con cerca de 40 piezas en las que se pueden observar los temas que ha abordado el artista coahuilense a lo largo de su carrera, así como su aproximación técnica a las mismas, y que parte, al igual que la muestra original, de un mapa que muestra las expresiones del arte contemporáneo y cómo se relacionan entre ellas, así como de un texto escrito por la gestora cultural More Barrett que fungió como hoja de sala para aquel evento.
En entrevista con VANGUARDIA el creador nos habló sobre este origen, así como de las reflexiones que surgieron al momento de reencontrarse con el trabajo que realizó en etapas más tempranas de su vida.
“Me estoy enfrentando conmigo mismo, porque hay algunos cuadros del 80, hay dos del 90, que dije: ‘¡Qué bárbaro! Ya no pinto así’, no sé, como que había mucha fuerza. Se aprecian algunas cosas como que a mí en aquel entonces me gustaba trabajar con formatos muy grandes, pero por varias razones, alguna de ellas es el costo de venta; los trabajos grandes puedes malbaratarlos y es más cómodo o más fácil vender un trabajo pequeño y por otro lado es bien difícil el transporte de los trabajos grandes”, comentó el artista.
Otra de las cuestiones que identificó es cómo ha cambiado su aproximación a la creación misma, con más desenfado en su juventud y ahora, en su madurez, con lo que define como mayor compromiso.
“Eso de enfrentarte con tu juventud es difícil porque lo que yo veo es que hay mucha libertad, como todo joven. Eres libre, eres efusivo, y a medida que vamos avanzando, creo que uno se va haciendo más formal, más comprometido con ciertas ideas, o ciertos conceptos y se va haciendo más rigurosos el trabajo, más pensado, y en un principio eran totalmente libres”, mencionó, “en la actualidad aunque hay mucho juego, mucha libertad, ya entra el rigor, el compromiso. No puedo hacer cualquier cosa, tiene que estar bien acabado. Y en un principio sí era muy espontáneo, digamos”.
Por lo mismo considera que en ocasiones podría parecer que ha sacrificado el tener un estilo particular por la constante exploración técnica y tecnológica. Sin embargo, no considera esto un detrimento en su experiencia como artista; por el contrario, es la razón por la que disfruta crear.
“La búsqueda de mucha técnicas o temáticas que a veces hace que se pulverice un poquito la idea de un estilo o de una personalidad propia, entonces estás trabajando con, por ejemplo, reciclaje; ahí no se ve el estilo, el trazo, se ve la idea. Pero de repente trabajo con mural, donde se ven las habilidades, o de repente trabajo con ensamblaje o escultura. Entonces esto pudiera ser un problema contra el artista que solo hace un estilo”, señaló, “es lo que a mí me llena. Descubres una técnica y ‘ah, me gustaría aprender esto’. Empecé a hacer óleo a los 50 años, siendo que yo veía a mi padre trabajarlo desde pequeño, pero llegó la facilidad del acrílico, la menor toxicidad del material. Pero hasta los 50 años me empezó a gustar”.
A pesar de esta aparente variedad identifica en sí mismo una cierta línea que podría servir como punto de partida que otros reconozcan su huella en sus obras. Se refiere al contraste, tanto en temas como en formas, a lo que se añadiría también el de técnicas, pues es rara la pieza donde solo se pueda encontrar un tipo específico de material y procedimiento.
“Yo siempre estoy haciendo un fondo, no tengo la idea de lo que haré, pero estoy llenando telas, aplicando pintura o algo que se me haya y ahí lo dejo reposar un poco y me pongo a trabajar sobre otra pieza, pero estoy haciendo fondos, creando ambientes, escenarios. Incluso lo que hacía en ocasiones era irlos colgando en diferentes posiciones”, expresó.
“Así descubres cosas que no habías visto y de repente de ahí salían ideas, surgen imágenes pero a raíz de estar jugando con ese fondo, con esa base inicial. Eso me ha dado libertad. No pienso en hacer una serie que tenga que ver con la libertad y con el miedo, no, no, van surgiendo ideas y por eso hay influencia de la literatura, del cine, de muchas cosas”, agregó.
Por último, añadió que la muestra, que estará en exhibición hasta el 15 de septiembre, así como aquella serie de “Pasiones” de 1991, esta compuesta por trabajos que describe como “juguetones”, algunas de ellas literalmente hechas como parte de un juego con el público, pero cuyo corte, en general, no es más “académico o más complejo, sino un poquito la línea más libre y juguetona”, concluyó.