Sólo amargura y cólera dejó su captura a soldados bolivianos
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SANTA CRUZ, BOLIVIA.- El homenaje al revolucionario argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara, ejecutado en Bolivia hace 40 años, suscita amargura y cólera entre los ex soldados que están aún a la espera de algún reconocimiento por haber combatido al guerrillero. La mayoría de ellos eran jóvenes reclutas cuando siguieron los rastros del "Che" durante 11 meses en la selva del sureste boliviano, antes de neutralizarlo.
Pero esta victoria nunca les valió gloria popular ni grandes rentas militares, mientras que el guerrillero, fusilado el 9 de octubre de 1967 en la aldea de La Higuera, desde entonces se volvió una leyenda.
Instalado en Santa Cruz (este), Gary Prado, comandante de la unidad de elite que capturó al "Che", ve el homenaje que se le rinde en Bolivia al revolucionario como una "ofensa a la dignidad nacional".
Honor a soldados
"En vez de rendir homenaje a un hombre que vino para invadir el país, se debería honrar a la fuerza armada, a los soldados que defendieron el país", afirmó a AFP este general retirado de 68 años, que reclama del gobierno una "pensión de por vida" a los ex combatientes y sus viudas.
En 1985, Bolivia promulgó un decreto que distingue a estos ex soldados como "beneméritos" de la patria, un título honorífico que ellos consideran insuficiente.
Para hacerse oír, los cerca de mil 500 "beneméritos" se agruparon en federaciones. La mayoría de ellos residen en Santa Cruz, capital económica del país y bastión de la derecha boliviana.
No obstante, las autoridades fueron reticentes durante mucho tiempo a ceder al culto del "Che". Después del golpe de estado del general Hugo Bánzer en 1971, su régimen envió a prisión al alcalde de Vallegrande, donde el cadáver del revolucionario fue expuesto y luego enterrado secretamente.
"Su única falta fue haber propuesto darle el nombre del comandante Guevara a una avenida", cuenta su hija, Teresa Siles, de 53 años, que tiene un restaurante en la ciudad.
Teresa Arteaga, ex institutriz en La Higuera, recuerda que "los militares se vestían de civiles y venían a ver quién estaba para rendirle un homenaje" en los aniversarios de su muerte.
"Incluso mandaban helicópteros para vigilar", dijo a la AFP esta mujer de 53 años que siempre ha inculcado a los niños la gloria del "Che", en lugar del coraje de los militares.
El malestar de los ex soldados estalló tras la elección presidencial en diciembre de 2005 del socialista Evo Morales, quien reivindica su admiración por el líder cubano Fidel Castro y quien participará como el año pasado en las conmemoraciones que se realizarán este lunes por la muerte del "Che".
"El Estado nos traicionó, tengo rabia contra el Gobierno, no contra el `Che'", afirma Ananías Mariscal, de 60 años, un ex soldado que reconoce su admiración por el "ideal de justicia" del guerrillero.
Militares retirados recientemente exhortaron a Morales, primer presidente indígena del país, a rendir homenaje también a los militares bolivianos en tanto jefe de las fuerzas armadas.
El general retirado Juan Carlos Monje Landivar fustigó la "falta de respeto" de las autoridades en una ceremonia organizada en mayo en honor a los soldados muertos en Nancahuazu, la principal base de la guerrilla. Jaime Santa Cruz, responsable del comité "Pro Santa Cruz" -una fuerte organización patronal que se opone a Morales-, también deploró la celebración del "Che" y "sus mercenarios". El comité decidió crear este año una medalla al "valor patriótico" a los ex soldados.